ALTRUISMO
Lleida, solidaria en leche materna
Es la provincia catalana con la tasa más alta en este tipo de donaciones desde 2011 || En seis años, un total de 231 leridanas han sido donantes y se ha podido alimentar a 96 bebés de Ponent
Es la demarcación con menos población de las cuatro catalanas, pero la más solidaria en lo que a donaciones de leche materna se refiere. Y es que las cifras hablan por sí solas de este liderazgo de las comarcas de Lleida.
Concretamente, desde que en 2011 se pusiera en marcha en Catalunya un Banco de Leche Materna para alimentar a bebés nacidos antes de las 32 semanas de gestación o con menos de 1,5 kilos, un total de 231 mujeres leridanas han donado su leche para esta causa, lo que supone una tasa por habitante que prácticamente duplica las de Barcelona, Tarragona y Girona (con 1.887, 257 y 183 donantes respectivamente en estos últimos seis años) y más de 600 litros recogidos.
En total, son más de 2.500 las madres catalanas que han optado por este gesto desde 2011 y que ha permitido distribuir más de 4.500 litros de leche entre los hospitales catalanes, de los que se han beneficiado, a petición de los pediatras, casi dos mil bebés, 96 de ellos en las comarcas leridanas. “El número de donantes se ha estabilizado, pero en receptores no dejamos de crecer. Llevamos un inicio de año muy bueno y ya hemos suministrado más leche que en el mismo periodo de 2016”, asegura Juan Manuel Sánchez, director del Banc de Sang i Teixits del Arnau, encargado de la recogida y su envío a la central de Barcelona, para pasteurizarla antes de ser distribuida.
Más difusión de la iniciativa a través de las matronas y en el Arnau a las mujeres que acaben de dar a luz
Sin embargo, y a pesar del éxito, la iniciativa quiere seguir creciendo, ya que son muchas las madres que desconocen que existe la posibilidad de sumarse a este gesto solidario. Por ello, el objetivo del Banc de Sang del Arnau, que desde unos dos meses forma parte de la comisión de lactancia materna, es hacer una mayor difusión. Así, se informará de la donación a las mujeres que acaben de dar a luz en el hospital y también, a través de las matronas de Atención Primaria, a aquellas que estén embarazadas.
Las mujeres interesadas en ser donantes de leche deben estar amamantando a sus hijos, tener producción suficiente y llevar unos hábitos de vida saludables. El banco proporciona todo el material necesario para la extracción y recoge a domicilio la lecha extraída, que previamente ha sido congelada.
Los datos
- 231 donantes. Desde que se abriera en 2011, el banco de leche materna ha contado con 231 leridanas donantes.
- 96 receptores. En estos seis años, 96 bebés de Ponent han sido alimentados con leche materna donada.
En primera persona
Mireia Ortíz, receptora. Lleida.
«Nos pareció muy bien que pudiera recibir leche materna»
El pequeño Àlex, hoy de siete meses, es uno de la treintena de bebés leridanos que en 2016 recibieron leche materna donada. Fue en las dos primeras tomas después de nacer por una cesárea de urgencia cuando todavía faltaban más de dos meses para que su madre, Mireia, saliera de cuentas. “Le llevaron a la UCI de neonatos. Al ser una urgencia no me había subido la leche y nos ofrecieron esta posibilidad. No sabía ni que existía. Todavía hay tabúes, pero si hay donaciones de sangre, ¿por qué de esto no podría haber?”, explica Mireia Ortiz, de 41 años. “Sin duda la leche materna es un beneficio para los bebés y más si son prematuros, porque protege de infecciones y enfermedades”, asegura esta vecina de Lleida, que volvería a aceptar un ofrecimiento así y lo recomendaría a las madres en su situación.
Roser Betsebé, donante. Balaguer.
«Volvería a donar porque es una forma de ayudar a la gente»
Roser fue el año pasado la leridana que más leche materna donó. Empezó medio año después de que haciera su hijo Pere, que hoy tiene 15 meses. “Empecé a trabajar muy pronto y me hice un banco de leche particular. Pero un día me di cuenta de que había acumulado demasiada y no sabía qué hacer con ella”, recuerda esta vecina de Balaguer de 32 años. Buscando en internet, leyó una historia similar a la suya en un blog y se puso en contacto con el Arnau. “Le daba a mi hijo la que ya tenía congelada y la que me sacaba la almacenaba para el banco de leche”, explica. “Repetiría la experiencia porque no supone ninguna molestia y, sobre todo, por solidaridad, porque así puedes ayudar a otras personas”. Eso sí, Roser pide que se haga más difusión de la iniciativa porque no se conoce lo suficiente y más gente estaría interesada.