Manel Esteller, investigador: «La gente no morirá de cáncer, será como una enfermedad crónica»

Hace dos años ofreció una conferencia en CaixaForum Lleida, ¿ha cambiado mucho en este tiempo la investigación sobre cáncer?

No ha cambiado tanto, es un tiempo relativamente corto para la investigación, pero ha variado en el sentido de que cada vez hay más tecnología, mejores herramientas, mejores fármacos y más información.

Dicen que supuestamente estamos empezando a salir de la crisis, ¿lo están notando también con la inversión en ciencia?

En ciencia empieza a notarse un poco, pero está tardando más que en otras áreas de actividad económica o industrial. Somos los últimos, pero esperamos ser arrastrados por este incremento. Se nota más en el precio de los pisos y los alquileres (risas), pero esperemos que también afecte a la investigación. Lo que sí está cambiando es el espíritu, más positivo que cuando estábamos en medio de la crisis, y ese es el primer paso para poder cambiar después los números.

Uno de los descubrimientos recientes más importantes que se le atribuyen es el hallazgo de una resistencia a la quimioterapia, uno de los principales problemas en la lucha contra el cáncer.

Es una de las áreas más interesantes hoy en los laboratorios. Y es que teniendo en cuenta que ahora que hay fármacos que funcionan muy bien de entrada con los tumores, trabajamos en solucionar el problema que cuando vuelve a aparecer, pasados unos años, suele ser más resistente al primer tratamiento. Estamos estudiando los factores que permiten saber qué ha cambiado en este tumor y qué es lo que lo hace resistente para encontrar formas para volver a hacerlo sensible a los farmacos. Es un área muy activa actualmente en los laboratorios.

¿En qué trabaja usted concretamente a día de hoy?

Estamos trabajando mucho en estudios de quimiorresistencia y también de medicina personalizada, para saber por la estructura molecular y celular del tumor a qué fármacos será sensible. También tenemos interés en saber la predisposición epigenética a las enfermedades y en tumores de elevada mortalidad en los que falta un paso importante, como es el de cerebro.

Ha estado en Lleida a apadrinando a futuros investigadores. ¿Qué les diría teniendo en cuenta que muchos seguro pensarán en emigrar, algo que usted no ha hecho?

¡Es cierto que soy de los pocos que ha aguantado! Les diría de entrada que todavía en Catalunya se puede hacer investigación de calidad, aunque cuesta más que en otros sitios por una cuestión de presupuesto. Pero también les animo a estudiar en el extranjero porque necesitamos gente formada y así volverán en mejores condiciones.

Usted dice que no ha emigrado por “una apuesta de país”, pero supongo que en algún momento se habrá planteado marcharse.

¡Claro! Lo piensas cuando recibes ofertas para marcharte, pero, como he dicho, creo que aquí se puede hacer investigación de calidad e intentaré hacerlo todo el tiempo que pueda.

Siempre ha dicho que una Catalunya independiente sería más fuerte a nivel de investigación.

Catalunya tiene una larga tradición de fomentar la investigación biomédica. Hemos incorpordo mucha gente del extranjero que viene porque se dan las condiciones, pero necesitamos dar un salto importante. Y eso pasa porque las decisiones que se toman en otros sitios permitan distribuir los recursos en función de la excelencia.

Lleva investigando sobre el cáncer desde 1992, ¿cómo han cambiado las cosas desde entonces?

¡Han cambiado muchísimo! Entonces la mitad de la gente en los laboratorios no cobraba y era insólito aparecer en una revista. Se hablaba poco de la ciencia en los medios de comunicación.

También habrá cambiado mucho la esperanza de curación de los enfermos de cáncer.

Ahora la curación aumenta un 2% por año y ya estamos en el 60%. Pero no creo que vaya a ser una curación total como la de un brazo roto, sino que seguramente cronificaremos el cáncer como una diabetes y eso lo firmo ahora. Se podrá vivir con él toda la vida sin que sea el cáncer el que te mate.