SEGRE

PARECE QUE FUE AYER

El primer detective privado de Lleida

Ángel Montalá Salvany fundó la Agencia Mont en la Lleida de 1944

Uno de los galardones recibidos por Ángel Montalá.

Uno de los galardones recibidos por Ángel Montalá.A.M.

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Lleida puede presumir de tener a uno de los diez miembros fundadores de la Agrupación de Investigadores Privados de España. A principios de los años 50, se creó esta asociación y a Ángel Montalá, que había abierto su agencia en 1944, se le adjudicó la licencia número diez.

El mundo de los detectives privados, al menos en España, no tiene nada que ver con el que conocemos a través de la literatura o el cine negro de Hollywood. O sea que de Dashiell Hammett, Ros MacDonald, Jim Thompson, Raymond Chandler, James M. Cain o Mickey Spillane, por citar algunos de los “totems” del género, mejor no hablar. Nada de violencia, disparos, mujeres fatales o sórdidos asesinatos.

Coinciden, eso sí, en horas de vigilancia, seguimientos discretos –disfraces incluidos– y en la perseverancia hasta conseguir el éxito en la investigación. Un leridano, Ángel Montalá, no solamente fue el primer detective privado de Ponent, sino que ayudó a crear, en los primeros años de los 50, la Agrupación de Investigadores Privados de España.

Fueron solo diez los que legalizaron la profesión en una histórica reunión celebrada en Madrid. Desde entonces, Montalá, que había abierto su agencia en 1944, mientras trabajaba en innumerables casos, luchó por reivindicar la profesión, hasta que en 1980 alcanzó su rango universitario (Barcelona, Madrid y Valencia, fueron las pioneros) dentro del Área de Criminología de la facultad de Derecho.

Discreción y reserva: este fue, y todavía es, el lema de la agencia que prepara ya la celebración de su 75 aniversario

La Agencia Mont, ahora en Rambla de Ferran (tras pasar por Calvo Sotelo –ahora Pi i Margall– y calle Major) sigue abierta y con delegaciones en Zaragoza y Barcelona, ya va por la tercera generación del apellido Montalá, con el hijo y el nieto del fundador al frente.

Básicamente los trabajos son los mismos, y nunca con delitos de sangre de por medio, que los que se ofrecían en los primeros anuncios en los 40, aunque ahora adaptados al siglo XXI: abusos de confianza, vigilancia de negocios, fidelidad matrimonial, antecedentes de futuros cónyuges, herencias, selección de personal, todo dentro de la mas estricta discreción y reserva que sigue siendo, hoy en día, la norma de la casa.

La profesión de detective ha cambido mucho desde los años 40. Aunque todavía se utilicen los disfraces, ya no se cuenta con la colaboraciòn de los serenos para esconderse en portales, en las largas y tediosas tareas de seguimiento. Y las pesadas Underwood han sido sustituidas por sofisticados sistemas informáticos que permiten acceder a los bancos de datos, en lugar de los informes diarios solicitados a las entidades bancarias y centros oficiales de la administración. Tampoco las minutas son las mismas.

La agencia asesoró a los guionistas de la serie ‘Kubala, Moreno y Manchón’, estrenada en TV3 en 2012

De aquellas cinco pesetas iniciales por informe se ha pasado a otras más considerables. Ni tampoco el léxico utilizado como en este informe de Montalá en noviembre de 1951: “Durante unos años trabajó en calidad de empleado de ferrocarriles, pero por asuntos políticos fue dado de baja y, desde entonces (unos seis o siete años), que viene ejerciendo de transportista con carro y mulo en esta plaza”.

De los diez detectives privados que existían en España en los 40, se pasó a los cerca de 400 en los 80 y, actualmente, la cifra de colegiados se acerca a los 2000, siendo Catalunya la comunidad con mayor peso en la profesión.

Una de las cosas que seguramente hubiese sorprendido a Ángel Montalá, y su proverbial animadversión a las películas de detectives, es que desde su agencia leridana se asesorase a los guionistas de la serie Kubala , Moreno y Manchón que durante tres temporadas (entre 2012 y 2014) alcanzó un notable índice de audiencia en TV3, con las andanzas de tres detectives privados encarnados por Jordi Martínez, Marc Cartes y Núria Gago. De hecho, el Col.legi Oficial de Detectius Privats de Catalunya la premió por la veracidad de sus historias en la pequeña pantalla.

Tres casos resueltos

  • Años 50.

El caso del empleado que robaba pimienta.

 No fue el primer caso de Ángel Montalá pero sí el que le proporcionó prestigio y popularidad en Lleida. Una de las más importantes empresas carniceras de Lleida sospechaba que alguno de sus empleados se dedicaba sistemáticamente a sustraer importantes cantidades de pimienta destinada a la manipulación de los embutidos. Al cabo de tres meses se descubrió al culpable: la cambiaba de color a base de mezclarla con aditivos.

  • Años 60.

    El caso del novio que cenaba pronto.

    En vísperas de la boda (restaurante reservado y las invitaciones enviadas) la novia, de buena familia leridana, sospecha del novio y su costumbre de cenar con ella muy pronto porque, según él, su estricto padre le ordenaba llegar a casa antes de las diez de la noche. Tras la investigación pertinente se descubió que a partir de esa hora se reunía con otra novia con la que llevaba años de relaciones. La ceremonia, evidentemente, no llegó a celebrarse.

  • Años 70.

    El caso de la furgoneta incendiada.

    El propietario de una boutique de moda y a la vez vendedor ambulante en mercadillos denuncia que se le ha incendiado la furgoneta llena de ropa por valor de 600.000 pesetas de la época. La aseguradora no ve la cosa clara y contacta con Ángel Montalá para esclarecer los hechos. Después de una exhaustiva investigación se confirma que el incendio fue provocado y las prendas quemadas no eran las originales sino otras defectuosas. 

  • La persona y el personaje De profesor a investigador. Ángel Montalá Salvany (La Floresta, 1917-Lleida, 1993) era un profesor de Geografía e Historia que, tras un encuentro casual con un detective francés, descubre que en la investigación privada está su futuro. Asi, en 1944 abre su agencia de investigación Mont, en la calle Calvo Sotelo, 51 –ahora Pi i Margall– y es cofundador del primer cuerpo de detectives privados. El investigador que jamás tuvo licencia de armas. A Ángel Montalá jamás le gustaron las películas ni las series de detectives. El estereotipo del solitario con gabardina, botella de whisky en el primer cajón de la mesa, envuelto en humo y rodeado de mujeres hermosas y letales mientras rivalizaba con la policía, no se ajustaban, según su criterio, a la realidad de la profesión. De hecho, nunca tuvo licencia de armas, ni aceptó un caso de delitos públicos con sangre de por medio.

    Uno de los galardones recibidos por Ángel Montalá.

    Uno de los galardones recibidos por Ángel Montalá.A.M.

    Uno de los galardones recibidos por Ángel Montalá.

    Uno de los galardones recibidos por Ángel Montalá.A.M.

    Uno de los galardones recibidos por Ángel Montalá.

    Uno de los galardones recibidos por Ángel Montalá.A.M.

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