Cinco técnicas que pueden ayudar a aprobar los exámenes de septiembre

En sólo tres semanas los estudiantes de ESO y primero de bachillerato que no aprobaron todas las asignaturas en junio y los que tienen pendiente pasar la selectividad se tendrán que volver a examinar. Por término medio, un 35% de los alumnos de ESO y bachillerato se tiene que presentar a alguna recuperación de septiembre. La profesora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) Mireia Cabero señala cinco técnicas que ayudarán a estos jóvenes a hacer un último esfuerzo para superar los temidos exámenes de septiembre.

Trabajar la automotivación.

Según Cabero, es fácil desarrollarla si los estudiantes son capaces de encontrar sentido en lo que estudian. «Estos sentidos pueden ser diversos: professionalitzadors (tengo que aprobar matemáticas porque quiero ser ingeniero o ingeniera), útiles para su día a día (aprender inglés me servirá para hacer estancias y hacerme entender en Londres o Nueva York) o, sencillamente, para aprobar (si dedico horas, superaré este tema y pasaré el curso sin arrastrar asignaturas)», ejemplariza la experta.

Planificar.

Es importante que durante las tres semanas que quedan antes de hacer los exámenes se hagan un plan de trabajo en el cual dejen claro cuántas horas dedicarán en el estudio, y hace falta que las cumplan. «Si la planificación del día respeta actividades que les gusta hacer, como ir a la piscina o salir con los amigos, es más fácil que se pongan a estudiar», detalla Cabero.

Presencia a la hora de estudiar.

Si han planificado que cada día estudiarán tres horas, durante aquel tiempo los estudiantes tienen que prestar toda su atención en lo que están haciendo. «Sólo así aprovecharán al máximo toda su capacidad de aprendizaje».

Encontrar la estrategia de estudio que más se adecue a sus capacidades.

Para conseguirlo primero se tiene que tener claro cuáles son los objetivos de aprendizaje que evaluarán a los profesores. «Hace falta aprender aquello esencial», deja claro Cabero. Una vez hecha esta división, entra en juego el autoconocimiento para saber cuál es la mejora manera de aprenderlo. «Si el alumno tiene memoria visual, es más fácil que opte por los esquemas; si es más discursivo, se puede decantar por los resúmenes», explica.

Visualizar el momento de hacer el examen.

Esta técnica consiste en el hecho de que el estudiante visualice con los ojos cerrados la manera en que quiere hacer la prueba. «Normalmente acostumbra a ser de una manera tranquila, con seguridad y capaz de resolver lo que se le está preguntando». Mientras lo visualiza –explica Cabero- el cerebro activa una serie de redes neuronales que se aproximan mucho a las que también se activarán el día del examen. «Cuanto más visualización, pues, más posibilitados que el día de la prueba el estudiante actúe tal como lo ha visualizado».