Judit Sánchez: «La actuación sanitaria en La Rambla fue ejemplar»

La labor sanitaria ante los atentados de Barcelona y Cambrils es una de las actuaciones más aplaudidas en los últimos días dentro y fuera de nuestras fronteras. La responsable de esta coordinación es la doctora leridana Judit Sánchez, directora de operaciones del SEM, cargo en el que cumplía un mes justo el día en el que se produjo el ataque terrorista en La Rambla.

¿Qué estaba haciendo cuando le avisaron de los atentados?

Estaba en uno de los centros de coordinación del SEM, en L’Hospitalet de Llobregat, en una reunión del comité de dirección. Me llamó el responsable de Barcelona ciudad y me dijo que había un atentado. Inmediatamente me dirigí a La Rambla.

¿Qué vio al llegar al lugar del atentado?

Cuando llegué donde se había parado la furgoneta el equipo ya estaba organizado y se había iniciado el triaje de heridos. En veinte minnutos, ya teníamos a todas las víctimas en estado crítico en algún hospital. Pero tampoco sabíamos qué podía pasar, incluso se hablaba de que podría haber algún tirador. Estábamos protegidos por los Mossos d’Esquadra, pero expuestos.

¿Evitó más muertes el triaje de los heridos?

Fue fundamental, porque evitó colapsos en los hospitales y el equipo del Centro de Coordinación Sanitaria decidía a qué hospital debía ir cada uno en función de las heridas que tenía. Una muestra de que se hizo un buen trabajo es que no se tuvo que mover de hospital a ninguno de los ingresados. Un trabajo que fue clave.

Porque el trabajo del SEM no es solo de los que están en la calle...

Efectivamente. En la calle, en La Rambla, estábamos muchos profesionales. Pero también decenas que coordinaban desde los centros de respuesta. Somos un gran equipo.

¿Qué sintió al llegar donde estaba la furgoneta?

Cuando llegas allí, no te lo planteas. Te pones a trabajar y rápido, solo envié un mensaje a mi familia diciéndoles que estaba bien. Pero cuando lo vas asumiendo, sientes tristeza por lo que ha pasado y no puedes entender cómo alguien puede llegar a hacer tanto daño.

Y ahora, ¿cómo se siente?

Ahora estoy tremendamente orgullosa de nuestro equipo y emocionada por la respuesta de la ciudadanía. Ha sido una semana muy dura. La sensación es que ojalá no se repita, pero si es así estamos preparados.

¿El SEM ya estaba preparado para una tragedia así?

Hace más de dos años que trabajamos en un operativo con víctimas múltiples. Lo hemos puesto en práctica en otras ocasiones, pero nunca antes en un contexto de atentado.

¿Hubo voluntarios?

Los que librabran ese día se presentaron para entrar en servicio, más de los que necesitábamos. La respuesta de nuestros profesionales fue ejemplar.

¿Los sanitarios han necesitado atención psicológica?

También somos personas y dentro de nuestro equipo hay una unidad de psicólogos que se puso a disposición de las personas que trabajaron aquel día. Ahora lo más difícil es volver a la normalidad.

¿Cómo se sintió con el homenaje que les rindió la sociedad?

Fue espectacular. Muy emocionante. Nosotros hacemos nuestro trabajo y es el mejor del mundo. Por eso no hace falta que la gente nos lo agradezcan. Pero que lo hagan y, además, de la forma que lo hicieron en la manifestación fue muy emotivo. Nos hace olvidar un poco el mal trago que pasamos.

¿Qué le decían los ciudadanos?

Nos abrazaban, besaban y daban las gracias. Dejaban flores y se hacían fotos con nosotros. No tengo palabras para describir lo agradecida que estoy.

También son un referente a nivel internacional...

Como sistema de emergencias ahora mismo somos una imagen para el resto del mundo. Todos tenemos que aprender de todos. Desde Francia, por ejemplo, ya nos han pedido que participimos en sus jornadas sobre catástrofes y emergencias.

¿Hay algo que mejorar?

Eso siempre. Ahora lo que toca es hacer balance y mirar qué podemos reconducir. Somos un servicio esencial y los profesionales se enfrentan a diario a situaciones complejas. No se puede ir justo.

Es la jefa de operaciones del SEM más joven, ¿qué le parece el reto?

Ya lo fui como responsable del área de Lleida y Pirineo y ahora a nivel de toda Catalunya. Es un privilegio tener a mi edad (34 años) este cargo y un orgullo que apuesten por mí para liderar este equipazo que tengo.