Los hábitos de vida saludables podrían reducir un 40 % los casos de alzhéimer
Los hábitos de vida saludables podrían reducir un 40% los casos de alzhéimer o al menos retrasar el debut clínico de la enfermedad, según señalan algunos estudios con rigor científico basados en estrategias de prevención poblacional. Este es uno de los datos que subrayan los especialistas de la Sociedad Española de Neurología (SEN), en el día anterior a la conmemoración del Día Mundial del Alzheimer, una enfermedad neurodegenerativa progresiva e irreversible caracterizada por el deterioro cognitivo y los trastornos conductuales.
La enfermedad de Alzheimer es la causa de demencia más frecuente (aproximadamente el 70 % del total de casos) y actualmente en España, según estimaciones de la SEN, podrían existir unas 800.000 personas que la padecen, aunque aún entre el 30 y el 40 % de los casos están sin diagnosticar. Es la principal causa de discapacidad en personas mayores y cada año se diagnostican en España unos 40.000 nuevos casos, una cifra que debido al progresivo envejecimiento de la población irá en aumento en los próximos años porque está muy ligada al envejecimiento. España es uno de los países del mundo con mayor proporción de enfermos de demencia entre su población de más de 60 años.
A la espera de que se encuentre una cura para la enfermedad, los expertos, como la doctora Sagrario Manzano, inciden en la importancia de abordarla en sus primeras fases ya que existen fármacos que consiguen mantener durante un tiempo el estado neuropsicológico y funcional del paciente. Pero para no llegar a padecer la enfermedad es imprescindible seguir hábitos saludables para combatir los factores de riesgo.
La SEN propone seis medidas para fomentar un envejecimiento cerebral saludable y evitar los factores de riesgo: actividad física, social y mental, prevenir el riesgo cardiovascular (la hipertensión arterial, hipercolesterolemia, enfermedades cardíacas, tabaquismo y la diabetes), una buena alimentación y fomentar la motivación.
Los geriatras, que creen que deberían ser ellos quienes traten a la mayoría de estos enfermos pues la mayoría tiene entre 80 y 86 años, advierten de que no hay que confundir los síntomas propios de la edad con el alzhéimer. Según la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), ciertos despistes como no recordar nombres de personas conocidas, lo que iban a comprar o qué iban a hacer no significa que se esté empezando a desarrollar la enfermedad, puesto que las personas que la padecen no solo olvidan detalles sino el contexto completo.
Sólo será motivo de preocupación cuando los olvidos se acentúan en el tiempo o las personas no tienen registros de esos olvidos o afectan a las actividades de la vida diaria. No obstante, aunque es una enfermedad que sufren sobre todo los ancianos, hasta un 10 % de los pacientes tiene menos de 65 años. El reto al que se enfrentan ahora los expertos, como Carmen Terrón, neuróloga especialista en demencias del Instituto Avanzado de Neurociencias de Madrid del Hospital Nuestra Señora del Rosario es el diagnóstico de pacientes jóvenes, los preseniles, ya que son personas que se encuentran en plena vida laboral y tienen cargas familiares, y que de la noche a la mañana tienen que asumir decisiones y cambios vitales importantes.