Kim Faura: "La tecnología avanza más rápido que la propia sociedad"

Renovarse o morir. Nokia fue líder mundial de telefonía móvil, Sony en música transportable y Kodak en papel y película para fotografía, pero llegó Steve Jobs y cambió el mundo cómo lo conocíamos. Y no ha dejado de avanzar. Se ha pasado de la revolución digital a la “disrupción digital”. Kim Faura, director general de Telefónica en Catalunya, advirtió este martes que nadie está a salvo. Todos los sectores son susceptibles de sucumbir a esta disrupción. “Ya no compramos mapas, ni despertadores”. De la misma forma que Telefónica ya no factura por minutos, ni cobra los mensajes de texto, “a pesar de que suponían un 15% de la facturación de la división móvil”.

SEGRE cumple 35 años con la mirada puesta en el futuro. “Ha cambiado nuestra forma de comunicarnos. Hasta nuestra relación con la medicina”, subrayó el director ejecutivo de SEGRE, Juan Cal. “Todo lo que nos parecía inmutable se ha vuelto móvil”. Y estas incertidumbres también llegan a los medios de comunicación. Nos faltan referentes. Todo cambia, pero no sabemos cómo ni por qué”.

El claustro del Roser acogió este jueves el primero de los ‘Diàlegs’ con los que el diario líder de las comarcas de Lleida conmemora su aniversario. Una comida coloquio sirvió para que Faura expusiera ante una sesentena de empresarios y políticos leridanos algunos de los retos a los que habrá que hacer frente. “La tecnología avanza más rápido que la propia sociedad”, subrayó. Para el director general de Telefónica en Catalunya “un nuevo mundo implica unos nuevos valores”, pero los debates éticos y legislativos que plantean estos cambios llegan tarde. Y puso como ejemplo que “aunque se calcula que el 65% de las profesiones del futuro aún no existen seguimos formando a los niños sin tener en cuenta esta realidad”. Una realidad en la que Facebook “tiene más usuarios que habitantes tiene China” y en la que la compañía de transporte más grande del mundo, Uber, “no tiene ni un solo vehículo”.

En 1955 la vida media de una empresa era de más de 60 años. “Ahora es de 17”. Ante este panorama, dar la espalda a la tecnología es un suicidio “aunque aún no sepamos monetizar el potencial digital” que convierte a los usuarios en productos, advierte Faura.