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Los ojos de la barbarie fascista
El Museu Morera acoge desde ayer el reportaje del fotoperiodista Agustí Centelles sobre el bombardeo del 2 de noviembre de 1937 en Lleida || Es la primera vez que se ve completo en ochenta años
No es extraño emocionarse en un museo, pero no es tan frecuente ver llorar a sus visitantes. Ayer pasó. El Museu Morera inauguró la exposición Agustí Centelles i el bombardeig de Lleida, crònica d’un reportatge. Por primera vez se veía completo el reportaje que hizo el fotoperiodista del bombardeo de Lleida del 2 de noviembre de 1937. Dos carretes de 35 fotos cada uno que congelaron uno de los días más atroces de la historia reciente de Lleida. Han pasado ochenta años, pero las imágenes siguen dejando tocado y hundido a quien las contempla. La Leica de Centelles inmortalizó algunas de las escenas más icónicas de la Guerra Civil. El fotoperiodista catalán (nació en Valencia, aunque se trasladó a Barcelona con tan solo un año) estuvo a la altura de Robert Capa. Y arriesgó en encuadres, en la manera de trabajar moderna, “de estilo muy directo, muy vivo, buscando la imagen que sintetice la historia”, en palabras del comisario de la exposición, Oriol Bosch. Y la encontró. Su mater dolorosa dio la vuelta al mundo. Era Maria Riu llorando desconsolada ante el cadáver de su marido, Gabriel Pernau, en el cementerio de Lleida. Ahí empezó su periplo el día 3 de noviembre. Los dos primeros disparos lograron atrapar la niebla de Lleida entre los cipreses del cementerio. Son imágenes muy poéticas, tomadas a primera hora de la mañana. Nada hace sospechar que las siguientes fotografías del carrete condensarán todo el horror de la guerra. Cuando amanece Centelles retrata a las víctimas. Hace planos abiertos, para hacer evidente el elevado número de muertos. Pero también pone rostro a la muerte. “Es una exposición muy dura, pero esto sucedió y ha de recordarse”, sentenció la teniente de alcalde de Cultura, Montse Parra. Para el director del Morera, Jesús Navarro, estas imágenes “cruentas” son “el testimonio de la barbarie fascista”.
Después llegó el dolor. Imágenes desgarradoras de madres ante los cadáveres de sus hijos. Luego recorrió la ciudad y en un segundo carrete inmortalizó la destrucción, el desescombro de las decenas de edificios que quedaron arrasados. Imágenes de familias con todas sus pertenencias en la calle. “Estamos viendo todo el proceso, no una obra. Es el archivo del fotógrafo”, subrayó Bosch. El reportaje completo que Centelles “siempre tuvo en muy alta consideración”. De hecho, el bombardeo de Lleida tuvo una gran repercusión internacional. Se publicaron fotos en toda Europa, pero también en Estados Unidos o Australia.
El reportaje de Centelles tuvo una gran difusión internacional, pero nunca se había visto completo
Después de la guerra, Centelles fue depurado y los dos carretes se quedaron en Francia. Los hijos del fotoperiodista vendieron en 2009 estos documentos al ministerio de Cultura en una polémica operación por la que recibieron 700.000 euros. La memoria “del braç potent de les fúries” de Màrius Torres quedó depositada en el Centro Documental de la Memoria Histórica de Salamanca.
La exposición se inauguró ayer con unos invitados de excepción, los supervivientes del bombardeo. Mucha emoción y hasta sorpresas. “Yo no había visto los edificios destruidos, porque después de lo que pasó me llevaron al pueblo de mi madre, a El Cogul, desde donde veíamos y oíamos los otros bombardeos que tuvo que soportar Lleida”, explicaba Francesc Bataller ante las imágenes de Centelles. Por eso es necesaria la memoria histórica, según el alcalde de Lleida, Àngel Ros, para hacer “pedagogía de la paz”.