TRADICIONES FESTA DEL SEGAR I EL BATRE
Sembrar trigo a mano en el Urgell
Unos 200 alumnos de las escuelas de Barbens, La Fuliola, Ivars y Tornabous aprenden cómo trabajaban el campo sus antepasados || En la primera edición de la Festa de la Sembra del Segar
Unos 200 alumnos de las escuelas de La Fuliola, Barbens, Ivars d’Urgell y Tornabous descubrieron ayer el proceso manual de la siembra de trigo. Lo hicieron en la Era de La Fuliola en el marco de la celebración de la primera Festa de la Sembra, que amplía con una tercera jornada las ya tradicionales fiestas del Segar i el Batre, que el pasado verano celebraron su 38 edición, con el fin de cerrar el ciclo agrario.
El presidente de la asociación organizadora, Oriol Farré, explicó que “decidimos hacer una jornada con escolares para atraer nuevo público a las fiestas y dar a conocer a los más pequeños las tareas tradicionales del campo”. También destacó que es una manera de garantizar el relevo generacional. Farré reveló que “el proceso de la siembra manual era como un ritual que requería bastante tiempo”.
Antiguamente existía la canción de la siembra para que los agricultores llevasen siempre el mismo
Los agricultores mayores de
La Fuliola, que participan en las fiestas del Segar i el Batre, mostraron ayer por la mañana a los más pequeños cómo antiguamente dividían la parcela en ‘porques’ para guiarse en el momento de tirar las sem
illas. Farré apuntó que “la siembra manual era un proceso muy curioso ya que existía una canción con el fin de que los agricultores llevasen siempre el mismo ritmo acompasado y tirasen un puñado de semillas en forma de abanico a cada paso que daban con la pierna izquierda’”.
Después de mostrar el proceso manual de la siembra, los encargados de hacerlo fueron los escolares quienes valoraron muy positivamente la actividad porque pudieron descubrir lo difícil que lo tenían sus antepasados en las tareas del campo. Para enterrar los granos de trigo, la organización optó por pasar un tractor con cultivador si bien explicaron a los escolares que antiguamente lo hacían los animales.
Finalmente, los escolares pudieron ver la evolución de las tareas del campo con la llegada de la mecanización del campo ya que un agricultor cogió un tractor con sembradora y en pocos minutos tuvo media parcela sembrada de forma automática.
Pilar Albà, maestra de la escuela Espígol de Tornabous, explicó que “la actividad se enmarcada a la perfección en nuestra metodología ya que trabajamos a partir
del huerto muchas asignaturas y nunca antes habíamos visto sembrar manualmente trigo”.