Casi 200 leridanos nombraron a un tutor en 2016 por si en el futuro son incapaces

Los documentos notariales que se firman para nombrar a un ‘tutor’ que vele por los intereses personales y patrimoniales de una persona ante una posible futura incapacidad o falta de condiciones para tomar decisiones por sí misma se han disparado en las comarcas leridanas en la última década. Según apuntan desde el Colegio de Notarios de Catalunya, el aumento de la esperanza de vida y el desarrollo de las demencias asociadas a la edad (especialmente el Alzheimer, con un número de casos diagnosticados cada vez mayor) están detrás del incremento del número de autotutelas y poderes preventivos firmados, las dos figuras jurídicas de autoprotección previstas en el Código Civil catalán de las que el pasado año se firmaron 190 documentos en Ponent entre ambas. Las primeras, en las que el tutor nombrado no puede actuar hasta que no se produce una incapacitación judicial, han pasado de 27 en 2007 a 92 el pasado año. Las segundas, en las que es el firmante el que decide cuándo entra en vigor el documento (si de forma inmediata o cuando deje de poder tomar decisiones por sí mismo, sin que sea necesario la intervención de un juez), también se han incrementado de forma espectacular en la última década, con tan solo 11 registrados en 2007 frente a los 98 de 2016.

En el conjunto de Catalunya la tendencia es muy similar, ya que en el mismo periodo las autotutelas se han duplicado y los poderes preventivos se han multiplicado por 50. “Ambos se han incrementado, pero sobre todo esta última figura porque evita a las familias pasar por el desagradable proceso de incapacitación de un familiar querido. Es muy útil para poder atender los problemas que comporta la mayor duración de la vida humana”, explica José Manuel Villafranca, delegado en Lleida del Colegio de Notarios de Catalunya.

En ambos documentos, la persona de confianza designada puede tomar decisiones sobre el patrimonio o sobre aspectos de la vida personal como por ejemplo dónde establecer la vivienda habitual o decidir sobre el ingreso en una residencia. “Ambas figuras jurídicas deben redactarse y autorizarse por un notario para que dé fe de la plena capacidad de la persona que quiere firmar en la toma de decisiones”, apunta Joan Carles Ollé, decano del Colegio Notarial de Catalunya. Según datos facilitados desde la institución, el coste de las escrituras de poderes preventivos y autotutelas oscilan entre los 40 y los 50 euros cada una.