ESNOTICIA
“El paisaje ya sufre cambios”
Teresa Sebastià, miembro de un grupo de expertos de la UE, destaca el valor de los pastos contra el cambio climático || “Es urgente actuar”, advierte
Quince mil científicos han alertado del potencial efecto catastrófico del cambio climático. ¿Realmente estamos tan mal?
En todo el planeta hay evidencias de sus efectos, incluso más intensos de lo previsto. Si la emisión de gases de efecto invernadero no baja, entiendo la alerta de la comunidad científica de que las consecuencias pueden ser bastante más graves de lo que pensábamos.
¿Llegamos tarde para evitarlas?
Ciñéndonos al acuerdo de París de no superar un aumento de dos grados con respecto a la época preindustrial e intentar no superar el grado y medio, creo que para el grado y medio ya hemos llegado tarde, y no pasar de 2 será complicado si no hay una acción intensa entre ahora y la próxima década.
¿Cuáles son sus principales efectos en Catalunya?
Un aumento de la temperatura que es más importante en el Pirineo, lo que es normal porque se produce en todas las zonas de montaña, aumentan el calor y las temperaturas máximas y hay más sequía. Plantas y bosques se estresan más, la agricultura necesita más agua y también repercute en el abastecimiento urbano. Otra zona sensible es la costa en general y puntos concretos como el Delta del Ebro por la subida del nivel del mar.
El tercer informe sobre el cambio climático en Catalunya prevé que hacia el 2050 la temperatura habrá subido dos grados. ¿Qué consecuencias tendrá?
Hay una manera muy gráfica de decirlo. Barcelona tendría el clima que ahora tiene Sevilla, y esta, el de Marruecos.
¿Qué hay que hacer para mejorar la gestión forestal?
Tenemos un bosque que ha perdido sus usos tradicionales. Estamos estudiando una mejora de la gestión que deje llegar más agua a los ríos, con menos árboles por hectárea y más sólidos, e incluso sufragar esta gestión a través del canon del agua. Hemos de plantear que si queremos que la zona urbana tenga servicios como el del agua quizás deberemos pagar para mantenerlo.
¿Hay que decir que a mediados de siglo deberemos vivir con una media de dos grados más que a finales del siglo pasado?
Cuando decimos que la media del planeta no pase de 2 grados más, hay que asumir que habrá zonas que los superen, y la del Mediterráneo tiene muchos números. El cambio climático no genera problemas nuevos: no tendremos huracanes. Sí tensiona los que ya tenemos en bosques, agua y costa. Podemos reducir riesgos con una mejor gestión y estamos dando pasos para ello. Quizás nos falta tenerlo claro en todos los ámbitos y más velocidad. Hicimos un indicador sobre la adaptación en Catalunya y salía un aprobadillo.
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Lleida
Teresa Sebastià, profesora de la UdL y miembro de un grupo de expertos de la UE sobre cambio climático y pastos, afirma que “estamos viendo grandes cambios en el paisaje pirenaico y veremos muchos más” a causa de la combinación del cambio climático y de usos del suelo. Por un lado, indica que la subida de la temperatura y disminución de la lluvia y la nieve “afectan a los ecosistemas y crean unas condiciones más mediterráneas”, con un “aumento de la aridez” especialmente en zonas más bajas. Afirma que los bosques, matorrales, pastos y especies de la zona “tienen una cierta capacidad de resiliencia”, pero que se va debilitando al acentuarse el calentamiento. Esta tendencia “amenaza el mantenimiento de la biodiversidad”, advierte.
Sobre el cambio de usos del suelo, destaca la pérdida de los pastos por el abandono de la actividad ganadera tradicional, cuando son un ecosistema que “mantiene una elevada diversidad de especies y almacena una gran cantidad de carbono en el suelo, contribuyendo a mitigar el cambio climático”. Sebastià ve clave combinar la gestión forestal y la pastoral para “la adaptación y mitigación del cambio climático”, y aboga por “favorecer un paisaje pirenaico diversificado donde los bosques complementen los beneficios de los pastos y viceversa”. A nivel global, Sebastià cree que “hemos puesto en marcha una serie de cambios en el planeta que no sabemos dónde nos llevarán”. “Los riesgos son muy grandes y podrían comenzar a actuar procesos irreversibles que harían que fuera inhabitable para la humanidad”, añade.
No obstante, insta a no caer en el pesimismo. “Hemos de actuar, y hemos de hacerlo ya”, subraya. En esta línea, aunque admite que “tenemos el reto más grande con el que probablemente nos enfrentado nunca”, muestra su optimismo para resolverlo porque “los humanos tenemos la capacidad de hacer cosas impensables”, a la vez que insiste en que es necesario “que nos pongamos en ello” ya.