Satisfacción por la multa al profesor del Gili i Gaya

Alumnos del profesor sancionado del Gili i Gaya por decir en clase que la homosexualidad es antinatural, así como la asociación Colors de Ponent y el Sindicat d’Estudiants dels Països Catalans (SEPC), las dos entidades que presentaron denuncia por homofobia, se mostraron ayer satisfechas con la multa de 471 euros impuesta por la Generalitat al docente (ver SEGRE de ayer). “Estamos muy contentos, aunque todavía queda mucho por hacer. Por la ley LGTBI se ha considerado leve, pero por el reglamento de funcionarios hubiera sido grave o muy grave. Pero es un paso y por algo se empieza”, aseguró Roser Escuer, de Colors de Ponent. “Nos parece poca la sanción por lo que hizo, pero nos quedamos con nuestra victoria”, apuntó Laia Villafranca, representante del SEPC de Secundaria en Lleida, que junto a Colors de Ponent impulsaron ayer una concentración frente a las puertas del centro educativo. “Nos parece una multa adecuada y correcta aunque el profesor se disculpó, pero así otros docentes no lo harán”, explicó Berta Puig, alumna del instituto Gili i Gaya que se encontraba en la clase de Filosofía en la que el profesor, Santiago Fernández Burillo, comparó la homosexualidad con ser cojo o tuerto. Esta alumna también aseguró que el profesor, de 64 años y con problemas cardíacos, no regresó a las aulas después de lo ocurrido y ya no está en el centro tras jubilarse. Desde el departamento de Trabajo, Asuntos Sociales y Familia, del que depende la dirección general de Igualdad que ha impuesto la sanción, confirmaron a este diario que el docente ya la ha hecho efectiva. El profesor ha sido considerado responsable de una infracción leve por actos que comportan menosprecio público de personas por su orientación sexual.