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“Venimos cargados de paz”
Una comitiva de cerca de 600 personas y 14 carrozas acompañó a los Reyes Magos de Oriente en su recorrido por Lleida|| La temperatura casi primaveral sacó a una multitud a las calles
Una rojiza puesta de sol puso de gala ayer la ciudad de Lleida para recibir a los Reyes Magos de Oriente e iluminar de ilusión la cara de los miles de niños y niñas que, con los ojos llenos de magia, esperaban detrás de las vallas la llegada de sus majestades.
Con sus bufandas y gorros, pero disfrutando de una agradable e inusual caldeada tarde de invierno, las familias abarrotaron las inmediaciones de la estación de Lleida-Pirineus, lugar que protagonizó, un año más, el primer encuentro mágico entre Melchor, Gaspar y Baltasar y los leridanos.
La alcaldesa de Barcelona Ada Colau recordó a las víctimas del atentado y apeló a la paz
Los pequeños encargaron desde videoconsolas hasta libros e incluso entregaron sus cartas “in extremis”
Con unos diez minutos de retraso, una voz despertó los vítores de los pequeños al anunciar que el convoy ‘ye-yé’ procedente de Oriente estaba a punto de llegar a la ciudad para hacer entrega de todos los regalos encargados.
Así, después del silbido del tren especial en el que hicieron su largo viaje, descendió del rey Melchor, seguido de sus majestades el rey Baltasar y el rey Gaspar, momento en el que los niños y niñas que se encontraban en el recinto ferroviario saltaron de alegría gritando que “este año me he portado muy bien” y que, por favor, “tuvieran regalos para todos los niños”.
Por su parte, el rey Melchor, quien tomó la voz cantante entre sus majestades, explicó que su viaje había sido “largo pero ilusionante” y que estaban encantados de volver a Lleida con unas “ganas terribles de saludar a los más pequeños” por ser “nuestros amigos”. Así, antes de salir a la calle para iniciar su recorrido, el rey Melchor afirmó que llegaban “cargados con muchos regalos”, pero sobre todo “de mucha paz y mucha felicidad”.
A su paso hasta la salida, sus majestades escucharon los “encargos” de los niños, que pedían desde videoconsolas hasta libros. Alguno, incluso, alargó su brazo no solo para saludarles, sino para entregarles personalmente, y con un llanto emocionado, su carta “in extremis”.
El estallido se produjo cuando los primeros destellos de los trajes se asomaron a la puerta de entrada de la estación: gritos de “Baltasar”, el más aclamado, junto a centenares de flashes que registraban selfies y vídeos para inmortalizar el momento.
Así, las estrellas de la noche, que compartieron protagonismo junto al emblemático Marraco y los gigantes de la ciudad y los 600 pajes, músicos y animadores, iniciaron su cabalgata por la capital sobre las seis y media de la tarde entre melodías y batucadas mezcladas con los incansables cánticos infantiles. Tras el paso de cada una de las catorce carrozas que recorrieron las calles, los caramelos volaban dejando bocas abiertas,manos llenas y algún que otro golpe en la cabeza.
A pesar de que la luz del atarceder dio paso a la negra noche, la magia llegada de Oriente y la ilusión por los regalos de los más pequeños siguieron iluminando una noche cargada de emoción y sonrisas.
En Madrid, la llegada de los Reyes Magos tuvo ayer un pequeño imprevisto: la lluvia hizo acto de presencia y trajo consigo una marea de chubasqueros y paraguas que, aun así, no impidió la ilusión de los más pequeños.
Barcelona recibe a los reyes como ciudad de acogida Barcelona acogió ayer a los Reyes Magos con un mensaje de “amor, paz y acogida”. Así lo dijo su alcaldesa, Ada Colau, quien recordó que a pesar del atentado de agosto, Barcelona debe seguir reivindicándose como un lugar de acogida “que quiere a la paz” y “que no quiere violencia”. Durante la cabalgata, las carrozas, que iban equipadas con unos cañones, tiraron caramelos ‘a chorro’. Cerca, en Terrassa, hubo polémica al fallecer uno de los caballos de la comitiva de Melchor nada más empezar el desfile.