SEGRE

SALUD CONDUCTAS ALIMENTARIAS

Nueve menores de Lleida, ingresados al correr riesgo su vida por anoréxicos

En un año y baja la edad a la que se detectan estos trastornos, con casos de 7 años

Maria López, de la unidad de Sant Joan de Déu de Lleida.

Maria López, de la unidad de Sant Joan de Déu de Lleida.SEGRE

Publicado por

Creado:

Actualizado:

En:

Un riesgo para la vida de nueve menores, de entre siete y 16 años, con trastornos alimentarios obligó en 2017 a los profesionales del hospital Sant Joan de Déu de Lleida a ingresarlos en centros especializados de Barcelona. Estos profesionales leridanos están detectando, además, un descenso en la edad a la que aparecen la anorexia y la bulimia.

Seis adolescentes y tres niños de Ponent que sufren anorexia o bulimia han tenido que ser ingresados en el hospital en el último año porque su vida corría peligro si no se llevaba a cabo una intervención intensiva. La gran mayoría son chicas, seis tenían alrededor de 16 años y los tres restantes, entre 7 y 10. Todos fueron derivados desde la Unidad de Trastornos de la Conducta Alimentaria del Centro de Salud Mental Infantil y Juvenil (CSMIJ) del Hospital Sant Joan de Déu de Lleida a centros hospitalarios especializados de Barcelona. “Son casos graves en los que hay que actuar así para revertir la situación porque no se ha logrado cambiar la conducta en el menor a nivel ambulatorio o de hospital de día. Y si el peso es demasiado bajo existe un riesgo vital”, apuntan Maria López y Blanca Manzano, enfermera y psicóloga clínica, respectivamente, de la unidad.

La cifra de menores de Lleida en esta situación que han tenido que ser ingresados es similar en los últimos años, así como la de niños y adolescentes atendidos en esta unidad del CSMIJ de Lleida. Sin embargo, sí está descendiendo la edad en la que aparecen estos trastornos. “La anorexia suele iniciarse entre los 14 y los 16 años, pero estamos viendo casos en niños de 7 a 10 que dejan de comer porque no quieren verse gordos”, explica López. Entre los factores que explicarían este descenso en la edad, desde la unidad apuntan a cambios de dinámicas familiares y de modelos de vida que hace que los menores pasen más horas solos en casa, lo que trastoca hábitos alimentarios, ya que, por ejemplo, se cena más tarde y peor. Tampoco se pueden obviar las redes sociales, que han convertido en una obsesión el salir bien en las fotografías para tener más ‘likes’. La moda, un malestar físico en la adolescencia, una mala adaptación al instituto o acoso escolar serían otros factores. “Comer mucho o no comer acaba siendo un refugio que no pueden controlar”, asegura López.

Aun con todo, desde el CSMIJ consiguen resolver la mayoría de casos, más si se coge a tiempo, y en los últimos dos años no han tenido que derivar a nadie a la unidad de adultos del Santa Maria.

La unidad de adultos constata un aumento de los pacientes

Imagen del equipo de la unidad de trastornos alimentarios del Santa Maria.

La Unidad Funcional de Trastornos de la Conducta Alimentaria del Hospital Santa Maria de Lleida, que nació hace ya más de una década, ha constatado en los últimos años un aumento progresivo del número de pacientes atendidos, todos ellos mayores de 18 años. Según los últimos datos disponibles, en 2016 registraron 152 primeras visitas y también prestaron apoyo y tratamiento a otros 120 pacientes que se encontraban en seguimiento. “Trastornos alimentarios ha habido siempre, pero en los últimos años el riesgo está aumentado por ese énfasis en los prototipos corporales. Las campañas de moda son muy intensivas, teniendo en cuenta las pasarelas, pero también que las tiendas siguen ofreciendo tallas excesivamente pequeñas. Además, las redes sociales están influyendo negativamente en este sentido y, al basarse tanto en la imagen, han agravado el problema”, explica Gina Badiad, coordinadora y psicóloga de esta unidad del hospital leridano. La media de edad entre los pacientes que atienden ronda los 30 años y aunque la mayoría están diagnosticados de una anorexia o una bulimia, el trastorno del atracón (similar a la bulimia pero que no contempla la conducta purgativa de vomitar posteriormente) es el que más está aumentando en los últimos años. “La detección precoz es básica porque son enfermedades que tienden a cronificarse. De hecho, algunos de nuestros pacientes llevan más de una década luchando”, asegura Badia. Según estimaciones, aproximadamente la mitad de los pacientes adultos se recupera completamente, pero un 30% sufre algún problema asociado, el 15% se cronifica y la tasa de mortalidad se sitúa en el 5%. “Es una enfermedad grave que tiene un impacto muy importante en la vida social y personal del paciente”.

tracking