Se quedan sin local parroquial por ser una entidad laica

El Agrupament Escolta i Guia (AEIG) Ramon Folch de Bellpuig, más conocido como el Cau, deja el local que ha utilizado desde su fundación, de la que este año se van a cumplir 40 años, situado en los bajos de la iglesia Verge de Montserrat, en la plaza Pont i Gol porque la parroquia les quiere cobrar un alquiler mensual de 250 euros aduciendo que son una entidad laica. “Han dejado de ser un movimiento de la iglesia”, explicó ayer el sacerdote Alfons Busto, que hasta el pasado mes de septiembre fue rector de Bellpuig. Además, la parroquia ha optado por ofrecer una parte del local a una de sus entidades, el banco de alimentos de Càritas, que actualmente paga alquiler por otro almacén en la población aunque ya dispone de otras dos estancias en la iglesia. Estos últimos meses los escoltes solo han podido utilizar la sala principal.

Retiran las pertenencias y harán el Cau al aire libre - Los escoltes han optado por comenzar a retirar sus pertenencias de su histórico local y, mientras buscan una solución definitiva al problema, trasladarán a partir del sábado sus actividades al aire libre  en la plaza Ramon Folch. “Queremos que el pueblo conozca la situación y reclamar en el espacio que nos merecemos”, aseguraron ayer

Tomàs Sala, uno de los responsables del Agrupament Escolta i Guia Ramon Folch, no quiso polemizar con la parroquia y afirmó que “es lógico que la Iglesia quiera dar mayor apoyo a sus entidades porque nosotros hemos pasado a ser una entidad laica”. También añadió que “históricamente se ha relacionado al movimiento escolta con la Iglesia pero hoy ya no representa la ideología de nuestra entidad”. Sin embargo, Sala apeló a la labor social del Cau para conseguir un nuevo local donde la entidad pueda llevar a cabo sus actividades porque “es un reconocimiento que nos merecemos”. Actualmente, el AEIG Ramon Folch de Bellpuig pasa por uno de los mejores momentos de su historia, al contar con 90 escoltes entre niños y jóvenes, a los que hay que sumar una veintena de monitores. Organizan actividades todo el año, por lo que esperan que “pronto podamos volver a hacernos nuestro un espacio que nos permita seguir con el proyecto en el que ha confiado tanta gente”.

LAS CLAVES

El ayuntamiento trabaja para encontrar una nueva sede El alcalde de Bellpuig, Salvador Bonjoch, explicó ayer a este periódico que en diciembre iniciaron las conversaciones con los escoltes para buscarles un nuevo local y que “vieron con buenos ojos el que hay en la antigua Fundació Perelló”. Sin embargo, la Fundació no se reúne hasta el viernes de la próxima semana por lo que aún no se ha podido debatir el asunto. Asimismo, el ayuntamiento ha contactado con el nuevo párroco, Abel Trulls, que, según Bonjoch, no ve ningún inconveniente en alargar dos meses la cesión del local actual. Para el alcalde, la situación quedará resuelta de forma satisfactoria en breve. Por su parte, la entidad pide “propuestas firmes y no alternativas inmediatas y temporales para tapar el problema”.