BIENESTAR ASISTENCIA A DOMICILIO
Comida a domicilio con cariño
Discapacitados de la Associació Alba entregan en mano los menús a los usuarios del Servei d’Atenció Domiciliària (SAD) || Ofrecen acompañamiento y conversan con personas que viven solas
La Associació Alba de Tàrrega gestiona desde hace un año el Servei d’Atenció Domiciliària (SAD) que ofrece el consell comarcal del Urgell. Con el fin de ofrecer un servicio de mayor proximidad a la vez que ocupar a personas con discapacidad de la entidad, Alba inició hace una semana el reparto de la comida a domicilio a pie por parte de miembros de la entidad, supliendo así al vehículo de transportes de menús escolares de Quàlia, el área de proyectos educativos de Alba.
Así, Miquel Àngel y Francisca, dos usuarios con discapacidad de Alba, preparan cada día los menús de los usuarios del SAD teniendo en cuenta la dieta de cada uno de ellos. Ponen los alimentos en unos tuppers y estos en unas cajas y un carro térmico con el que salen de las instalaciones de Alba para efectuar el reparto a los domicilios. En el caso que las personas vivan solas, acceden a sus viviendas o entran en el piso y conversan con los usuarios mientras les preparan la comida en la m
esa.
La gestora del SAD, Elisabet Visa, valoró positivamente la iniciativa y aseguró que “es muy gratificante para ambas partes”. Por un lado, Visa explicó que “normalmente se trata de personas vulnerables, que viven solas, y esta atención personalizada nos permite hacer un seguimiento diario a la vez que les dan conversación y les acompañan, teniendo en cuenta que para muchos es el único contacto y momento del día que pueden hablar con alguien”. En cuanto a los usuarios de Alba, Visa destacó que “este servicio da ocupación a personas con discapacidad, a la vez que fomenta que hagan ejercicio físico y que tengan una responsabilidad diaria”.
Francisca Garrido, usuaria de Alba que reparte la comida a domicilio, se mostró agradecida con este nuevo trabajo porque “así tengo una responsabilidad, ando y hago ejercicio, que me va muy bien”. Garrido también reveló que “aprecio mucho a los usuarios y me da pena que estén solos. A veces nos ponemos a charlar un ratito y nos cuentan sus batallitas, lo pasamos bien”.
Por su parte, Josep Llobet, usuario del SAD de 86 años que vive solo, también valoró positivamente el servicio. Según Llobet, “recientemente me han operado del corazón y ya no puedo hacerme la comida, aunque me gusta mucho cocinar, por eso pedí que viniesen a traérmela”. Llobet explicó que “Miquel Àngel y Francisca me dan conversación y ellos dicen que están contentos, a mí siempre me ha gustado ser simpático y amigo de todo el mundo”.