TRADICIONES IGUALDAD
Mujeres de La Pobla piden por primera vez bajar las 'falles'
La Associació Cultural de Fallaires i Pubilles de La Pobla de Segur celebrará este sábado una asamblea extraordinaria para debatir sobre si se elimina el rol de género presente en esta tradición ancestral después de que un grupo de chicas de 18 años de la población hayan pedido poder bajar las fallas de la montaña, algo que hasta ahora no se había producido. Según explicó el presidente de la entidad, Joan Cunyer, los socios deberán responder a una pregunta sobre si el rol de fallaire debe ser solo de hombres. “En nuestra fiesta la tradición dice que los hombres bajan de la montaña las falles con el traje de catalanet y abajo, en el pueblo, les esperan sus parejas vestidas de pubilla”, con un ramo de flores y ofreciendo vino a los jóvenes. “La tradición respecto a la vestimenta no la cambiaremos, sino que debatiremos sobre si dentro de cada uno de los trajes puede haber personas de diferentes sexos. Y que pueda haber chicas que bajen vestidas de catalanet y chicos abajo que esperen vestidos de pubilla, por ejemplo”, explicó ayer a este diario Cunyer. Hasta ahora en esta fiesta, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2015, siempre han sido hombres los que descienden las falles, pero no porque estuviera prohibido, sino porque la entidad no se había encontrado con la petición de mujeres como ha ocurrido ahora. Estas jóvenes, que son socias de la entidad, presentaron su propuesta a la asamblea.
Cabe recordar que el descenso de falles de La Pobla de Segur, con más de 70 años de historia, acostumbra a abrir el calendario de esta tradición en el Pirineo. En la última edición participaron más de 160 jóvenes, entre fallaires y pubilles. La fiesta se celebra, días antes de Sant Joan, en honor de la Verge de Ribera y el descenso empieza en la montaña de Santa Magdalena para llegar a la plaza de la Pedrera, donde se lanzan las teas a la hoguera.
Con presencia femenina en la Alta Ribagorça y los Pallars La presencia femenina en la fiesta del fuego de la Alta Ribagorça y los Pallars ha estado siempre normalizada. En la localidad ribagorzana de Durro fue uno de los municipios en los que las mujeres tardaron más en participar en las fallas. No fue hasta 2010 cuando una decena de mujeres participaron finalmente en la bajada de antorchas. A diferencia de otras poblaciones de la comarca, como Taüll, la apertura de esta tradición ancestral a las mujeres se produjo con total normalidad y naturalidad, según explicó el alcalde de la Vall de Boí, Joan Perelada. En Boí, Taüll, Eril, Isil y Les es habitual la presencia de mujeres fallaires. Perelada señaló que en Taüll también costó que se introdujeran mujeres, aunque “finalmente participaron cuando quisieron y hoy en día está totalmente normalizado”, dijo el primer edil. En la Vall de Boí los menores de 12 años no pueden subir a la montaña.