CONMEMORACIÓN EQUIPAMIENTOS
Más de 500.000 euros para Sanaüja
Una imagen de las hermanas Rosa y Cecília Huguet, que ceden el Centro a la población.
El ayuntamiento de Sanaüja rendirá homenaje, hoy, a Rosa y Cecília Huguet, dos vecinas del municipio que, además de ser muy activas en la vida social y cultural del pueblo, fueron las impulsoras de la construcción del Centre Cultural de Recerca Castell de Sanaüja. Para ello, las hermanas dedicaron más de medio millón de euros de sus ahorros y pusieron en marcha este proyecto, que ya lleva en funcionamiento más 15 años.
Con el objetivo de que el edificio formara parte de una iniciativa pensada especialmente para dar a conocer al riqueza paisajística de la Vall del Llobregós, las hermanas crearon la Fundació Castell de Sanaüja, la entidad que les permitió empezar con la construcción del edificio, que costó 521.544 euros y que formaban parte de los ahorros de Rosa y Cecília, que falleció recientemente.
Las mujeres pretendían que el centro, construido en unos terrenos de su propiedad, se convirtiera en un espacio de difusión que acogiera a centros escolares y a personal docente, pero nunca llegó a tener la proyección que ellas esperaban. Así, según el alcalde de Sanaüja, Josep Condal, las instalaciones, que se encuentran en la zona de expansión del municipio, debían servir para diseñar rutas didácticas que recorrieran el espacio natural de la Vall del Llobregós.
Según explicó el alcalde, durante el transcurso del acto de homenaje de hoy se dará cumplimiento a una de las voluntades de las dos hermanas Huguet: la cesión del Centre Cultural de Recerca Castell de Sanaüja al municipio.
Las comarcas leridanas, con otros precedentes de altruismo Son varios los municipios leridanos que han recibido donaciones de estas características. Como el caso de Esterri (ver SEGRE del jueves) donde la herencia del vecino Josep Beso contempla al ayuntamiento como el único posible comprador de una finca de más de 6.000 metros cuadrados en caso de que sus herederos no hagan uso de ella, o el de Agramunt, que recibió en 2014 una cantidad de 100.000 euros gracias a la donación de una vecina, Mercè Ros, que los dejó en herencia al ayuntamiento con una única condición: que fueran destinados a financiar proyectos para mejoras urbanísticas para población.
