Inversiones a la baja en la Seu Vella

Los efectos de la intervención económica del Gobierno central a la Generalitat tienen también sus consecuencias, cada vez más evidentes, en la cultura y el patrimonio. Entre estas, han comportado que una partida prevista del gobierno autónomo de 830.000 euros para la restauración del monumento se quede, de momento, en apenas 600.000 y además, sin fecha prevista de inicio. Así lo confirmó ayer a SEGRE el delegado de los servicios territoriales de Cultura en Lleida, Josep Borrell, que explicó que “si bien no se trata directamente de la aplicación del artículo 155, sí que es fruto de la intervención en las finanzas”, dado que la aportación había quedado paralizada ya en septiembre, alrededor de un mes y medio antes de que se activara el ya famoso 155. Si bien en un principio la dotación estaba inmovilizada, ahora, según Borrell, ya se ha confirmado que se reducirá en 200.000 euros. Cabe recordar que 2017 y 2018 tenían que ser años de obras, pues estaba previsto que en otoño, alrededor del mes de octubre del ejercicio pasado, comenzaran las intervenciones. La totalidad de los proyectos afectaba a la cubierta del claustro, fachada y Porta dels Apòstols y el templete del campanario. Todo ello suponía una inversión superior a los dos millones de euros, buena parte de los cuales dependían de la Generalitat (ver desglose). Borrell explicó que “ahora tendremos que estudiar cómo lo resolvemos”. En este sentido explicó que existen diferentes posibilidades, “desde sumar una anualidad más a la previsión de obras y durante este tiempo intentar conseguir esta cantidad o bien reestudiar los presupuestos y analizar si el conjunto de las obras pueden tener costes a la baja”, señaló Borrell. Sin embargo, dadas la situación política en Catalunya, todavía no existen ni tan solo fechas previstas para iniciar las obras.

La aportación prevista por el Estado, sin modificaciones El presupuesto total de esta fase de obras de restauración se situaba en poco más de dos millones de euros. De éstos, 1,7 millones correspondían al Govern, y los 400.000 restantes, al Estado. Según Borrell, aunque las inversiones están consignadas pero no operativas, de momento, nada hace pensar que la aportación del Estado sufra ninguna modificación. Pese a ello, el monumento continúa con su camino hacia la declaración de Patrimonio Mundial de la Unesco. Al mismo tiempo, se ponen las bases del plan estratégico Turó 2030, para poner al día sus usos, la museografía y el plan de accesibilidad, entre otros aspectos.