REALEZA ENLACE
Enrique y Meghan, un cuento de hadas
El príncipe Enrique de Inglaterra y la actriz estadounidense Meghan Markle contrajeron matrimonio ayer en la capilla londinense de San Jorge después de que la reina Isabel II les declarara nuevos duques de Sussex. En una ceremonia oficiada por el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, los contrayentes pronunciaron sus votos ante la familia real británica y el resto de asistentes, entre ellos celebridades como el actor George Clooney, su esposa y abogada Amal Clooney, el ex futbolista David Beckham o la presentadora de televisión Ophrah Winfrey, el actor británico Idris Elba o la tenista Serena Williams, así como compañeros de trabajo de Markle en la serie Suits, que coprotagonizó. El cantante Elton John, que también se encontraba entre los 600 invitados, cantó en la recepción oficial recordando la fuerte amistad que compartía con Diana de Gales, madre del príncipe Enrique y de su hermano Guillermo, duque de Cambridge. Sin embargo, entre los invitados no se encontraba ningún miembro de la realeza europea, como los reyes Felipe y Letizia, ni ningún político.
La ceremonia también se caracterizó por ciertas rupturas consensuadas de la tradición. Markle no declaró obediencia a su esposo durante los votos y caminó durante cierto trecho hasta el altar sin acompañamiento, mientras que el príncipe Enrique eligió ponerse en el dedo el anillo de boda. El padre del novio, el príncipe Carlos, acompañó a Markle, que llegó en una limusina Rolls-Royce, hasta el altar. Al enlace no asistió el padre de la novia, Thomas Markle, de 73 años, por problemas de salud.
No asistieron los reyes de España así como otros monarcas europeos ni tampoco políticos
La familia real británica acaparó todas las miradas de los más de los más 100.000 curiosos que se acercaron hasta el casitllo de Windsor, con la matriarca, la reina Isabel II, y su marido, el duque de Edimburgo, a la cabeza. Tras la ceremonia religiosa, el matrimonio se dio un baño de multitudes durante cerca de media hora pasando por lugares icónicos. La pareja, que se conoció en una cita a ciegas en 2016, ofreció una recepción posterior al enlace con 600 asistentes. Posteriormente, los recién casados presidieron en la Frogmore House, una casa de campo adyacente al castillo de Windsor, otra recepción más íntima, para amigos y familiares.