Cierra un Aplec multitudinario

La ciudad de Lleida cerró ayer su mes más festivo. Tras la Feria de Abril, la Festa Major y Moros i Cristians, este fin de semana fue el turno del Aplec del Caragol. En una de sus ediciones más multitudinarias, con 13.500 peñistas y 200.000 visitantes, el objetivo para los próximos años es conseguir la distinción de Fiesta de Interés Turístico Internacional.

La edición número 39 del Aplec del Caragol de Lleida ya es historia. Será recordado por ser uno de los más multitudinarios, gracias a la ampliación del recinto que ha permitido acoger a 105 peñas (tres más que los últimos años) con 13.500 peñistas, la visita de unas 200.000 personas y el consumo de 12 toneladas de caracoles. También será recordada por las reivindicaciones por el contexto político en Catalunya, que vivieron su punto más álgido ayer por la mañana con la visita del presidente de la Generalitat, Quim Torra (más información en la página 5). Una fiesta marcada “por la convivencia, la pluralidad y la diversidad”, como destacó el presidente de la Fecoll, Ferran Perdrix. Se han cumplido los objetivos de la organización gracias también al buen tiempo del fin de semana.

El Aplec del Caragol, sin embargo, ya mira al futuro y a la edición número 40. Si hace 15 años que es Fiesta de Interés Turístico Nacional, el principal objetivo ahora será el distintivo de Fiesta de Interés Turístico Internacional. “En breve presentaremos la candidatura ante el ministerio de Turismo”, señaló Perdrix. El objetivo es “la clave para crecer internacionalmente”, añadió. Una presencia internacional cada vez mayor. La Fecoll no descarta que el próximo año haya más peñas, entre ellas una de china, dado el interés de la federación de empresarios del país asiático que hay en Lleida. Asimismo, se vendieron unos 1.500 packs del visitant y el restaurante del Palau de Vidre sirvió más de 2.000 menús y 1.800 degustaciones. Entre el público, también destacó la mayor presencia de personas procedentes de Girona que llegan a la ciudad en AVE. No se produjeron incidentes relevantes. Hubo alrededor de 170 atenciones sanitarias, prácticamente todas leves por cortes, quemaduras o torceduras y solo hubo dos personas que tuvieron que ser trasladadas al hospital pero con problemas menores.

El pasacalles y la imposición de escarapelas, la tradición dominical La fiesta en el Aplec del Caragol es ininterrumpida y apenas hay horas para dormir. Los más atrevidos incluso pueden enlazar la noche con el día. Es el caso de algunos de los participantes del pasacalles del domingo por la mañana. Como es tradición, se formaron dos circuitos que se juntaron en el Pont Vell. Uno de ellos salió de los Camps Elisis, pasó por el puente de Príncep de Viana y siguió por la Rambla Ferran. La otra ruta vino por el puente de la Universidad, avenida Madrid y Blondel. Se encontraron sobre las 10.00 horas en la plaza Agelet i Garriga, ante el monumento de Indíbil i Mandoni. Allí, las autoridades colocaron la escarapela a cada uno de los estandartes de las 105 peñas. Este año se estrenaron Caragoli, Color Coloret y Canela fina. La mayoría de peñas son de la ciudad pero también hay de Almatret, Les Borges, Juneda y Perpinyà. El acto también sirvió para que decenas de personas, convocadas por los CDR, pidieran la libertad de los presos políticos, lo que generó división de opiniones. Algunos presentes recriminaron a los concentrados que no era el lugar indicado para protestar. Las peñas fueron desfilando hasta los Camps Elisis para disfrutar de una comida de hermandad en sus parcelas, en la que por supuesto no faltaron los caracoles.