«La noche que vinieron a por el arte fue muy oscura y dolorosa»

Usted estuvo en el exterior del Museu de Lleida el 11 de diciembre, cuando la Guardia Civil se llevó las 44 piezas de arte, apoyando al museo. ¿Cómo lo vivió?

Representó una noche muy oscura y dolorosa. Llegamos cuando no había amanecido y permanecimos allí hasta que la Guardia Civil se marchó con el arte, casi por la tarde. Fue muy duro porque realmente se vivió la sensación de que nos estaban robando de forma injusta; con nocturnidad y alevosía. El director y los trabajadores, por dolorosa que fuese la situación, cumplieron escrupulosamente su trabajo y miraron de garantizar de la mejor de las maneras posibles un traslado que obviamente representaba la extirpación de algo por lo que se había trabajado mucho y de forma ejemplar para que pudiese estar al alcance de la ciudadanía.

¿Qué ha sentido hoy al inaugurar la remodelación de uno de los espacios que quedaron vacíos aquel día?

Ha sido muy emocionante ver tanto el espacio, como el amarillo que nos hace presentes a los ausentes. Cuando en el recorrido hemos llegado a aquella zona, se ha hecho un silencio que ha representado claramente la sensación que todavía nos produce el recuerdo de aquel día.

¿Llegó a pensar que un día podría estar aquí como consellera?

En absoluto. Sobre todo porque esto no tendría que haber sido. Es evidente que la situación de excepcionalidad que aquel día hizo posible que un ministro usurpase las funciones del conseller de Cultura, es la misma que no ha permitido que hoy [por ayer] esté aquí el conseller Lluís Puig [su antecesor, que sigue en Bélgica]. En aquel momento, yo todavía era directora de la Institució de les Lletres Catalanes y estaba en la lista de JuntsxCat, algo que también fue fruto de las circunstancias.

¿Cuáles serán sus principales líneas de actuación?

Trabajaremos para que la cultura se pueda disfrutar y ser vivida con intensidad en todo el país. Entrar ahora ha significado poner en marcha todos los procedimientos y trámites parados por el artículo 155. Por tanto, queremos es restituir la normalidad y que los presupuestos fluyan y lleguen a sus destinatarios, es decir, a la sociedad. A partir de aquí vienen las grandes líneas de trabajo como fomentar la participación cultural o la internacionalización para que la cultura catalana sea reconocida en todo el mundo, aunque hay muchas más.

Algunos efectos del 155 fueron la paralización de restauraciones de obras como la Seu Vella o Barruera. ¿Cuándo se retomarán?

Todo esto quedó parado y desde Madrid se decidió a qué se daba prioridad y a qué no. Ahora la voluntad es iniciarlas, pero todavía no hemos podido poner fechas. La próxima semana presentaré el plan de gobierno en el Parlament y después nos sentarnos a calendarizar. Este ha sido un mes muy intenso.

El conseller Santi Vila fue el primero que se comprometió con el Museu Morera, ¿lo mantendrán?

Sí, el acuerdo ya está firmado y lo mantendremos. Además, queremos impulsar el Pla de Museus que se hizo con el consenso de todo el sector.

¿Qué cree que sería necesario para visibilizar el patrimonio?

Yo vengo del mundo de la educación, en el ámbito universitario, y por ello creo mucho en la fuerza transformadora de la educación. La divulgación y la difusión deben ir acompañadas de docencia. Además, los recursos digitales nos pueden ayudar mucho en este sentido.

¿Tiene miedo de acabar en los tribunales, ya sea por el Procés o por el litigio del arte?

Nadie dijo que sería fácil y cuando decidimos entrar en una lista, y más en mi caso que nunca he militado en ningún partido, sabíamos que dar un paso adelante podía tener consecuencias. Hay personas que han pasado por situaciones tan graves que el miedo no nos puede paralizar. Cuando alguien es prisionero del miedo, todo se para, y no estamos para renunciar.