La Bacanal: el sueño de una noche

Lucrecia se vistió ayer de tierra y de agua. Lo hizo para recordar en Guissona la gesta de la mujer que con su violación y posterior suicidio cambió la historia de Roma. El músico local Ethan Barea interpretó la emblemática pieza The Sound of Silence, de Simon y Garfunkel. Luego emergieron de les Fonts de la Vila 10 bailarinas. Durante 40 minutos escenificaron la leyenda. Volvieron al agua para materializar de forma turbulenta el suicidio que cambió la historia de Roma. El pueblo puso fin a la monarquía y brindó por la república. Era la primera vez en 22 años que la coreógrafa Montse Esteve optaba por situar parte del espectáculo de danza en el agua. El escenario permitió que el público pudiera verlo en 360 grados. No quedó vacía ni una de las 500 sillas y parte de los presentes optaron por hacerse sitio en los balcones e incluso escalaron por el mismo tejado de la capilla para no perderse el montaje.

La danza marca cada año el final del Mercat Romà y da comienzo a la Bacanal. Un total de 600 patricios recorrieron dos kilómetros hasta el parque de L’Estany. En el recinto les esperaban las mesas provistas de vino, frutas y viandas que les hicieron llevadera una madrugada que culmina con la llegada del sol. Guerra de besos, concurso de oratoria para escoger nuevos César y Cleopatra y música.

El público pudo coronar íntegramente les Fonts de la Vila para ver el espectáculo de danza

A las puertas de cumplir el cuarto de siglo, la Bacanal fue idea de un grupo de jóvenes que decidieron celebrar su encuentro anual ligado a la historia local. El concurso de oratoria se lo adjudicaron Pol Torradeflot y Miriam Regué, que convencieron con su discurso a los 600 romanos asistentes. De esta forma, ellos serán los anfitriones de la próxima edición del Mercat Romà y tendrán en su poder las llaves del histórico pueblo de Iesso.