MEMORIA HISTÓRICA
Recuperan en L'Albagés restos de un soldado
El departamento de Justicia descubrió a principios del pasado mes de junio los restos de un soldado de la Guerra Civil en una trinchera situada en el término municipal de L’Albagés, según avanzó ayer la edición digital de Som Garrigues. La intervención arqueológica, que duró varios días, se llevó a cabo de urgencia después de que se encontraran restos humanos en la superficie del terreno, según explicaron a este diario fuentes de la conselleria de Justicia. Los arqueólogos retiraron el esqueleto encontrado para que fuera trasladado al laboratorio antropológico, donde se harán diferentes análisis para que pueda ser identificado. Podría tratarse de un combatiente que luchó a finales del mes de diciembre de 1938 en la llamada batalla de Les Garrigues. Hasta el lugar se desplazó incluso la directora general de Memoria Democrática, Carme Garcia. Por el momento no están previstos nuevos trabajos en la zona.
Este hallazgo ha coincidido en el tiempo con el trabajo de equipo de arqueólogos que ha permitido encontrar en El Soleràs los restos de cerca de 141 soldados de ambos bandos y cinco civiles (un de ellos ya identificado) que murieron durante la Guerra Civil y fueron enterrados en una fosa común situada en el viejo cementerio de la localidad, convirtiéndose así en la mayor zona exhumada hasta ahora en Catalunya.
Mequinensa recuerda el inicio de la Batalla del Ebro Un centenar de personas se dieron cita ayer en Mequinensa en torno al monumento de los Auts, levantado en 1998 por la Agrupación de Supervivientes de la Quinta del Biberón, para participar en el acto de conmemoración del 80 aniversario del inicio de la Batalla del Ebro. Entre ellos, dos excombatientes: José Mir Salas, vecino de la localidad de 98 años que sirvió en el Ejército Popular de la República, y Germán Visús Dies, residente en Fayón y de 102 años, perteneciente al Ejército Nacional, que depositaron una corona de laurel a los pies del monumento que homenajea a los caídos. La jornada comenzó con la lectura de unas cartas de un soldado que combatió en Mequinensa y siguió con dos aviones F-18 del Ala 15 de la Base de Zaragoza, que hicieron un vuelo rasante. Además, se entregó una medalla a cada excombatiente, que coincidieron en destacar “los horrores y las atrocidades que vivimos en la Guerra Civil”.