SEGRE

INMIGRACIÓN ACOGIDA

Las solicitudes de asilo se triplicaron en Lleida en 2017, con más de un centenar

La mayoría del África subsahariana, Venezuela, Ucrania, Rusia, Colombia y Georgia

Llegada ayer de los inmigrantes rescatados en aguas libias al muelle de San Roque, en Cádiz.

Llegada ayer de los inmigrantes rescatados en aguas libias al muelle de San Roque, en Cádiz.EFE

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La crisis migratoria que vive Europa ha disparado las solicitudes de protección internacional. En 2017, más de un centenar de personas que huyeron de su país por razones políticas o humanitarias pidieron vivir en las comarcas de Lleida, casi el triple que el año anterior. La previsión es que las peticiones aumenten aún más en el presente ejercicio.

La crisis migratoria no cesa y la llegada de migrantes procedentes de varias partes del mundo, sobre todo a través del Mediterráneo, ha hecho dispararse las solicitudes de asilo en todo el territorio español. En el caso de la provincia de Lleida, estas peticiones de acogida, de personas que huyen de sus países a causa de los conflictos bélicos, sociales y en busca de una oportunidad de trabajo, se han disparado hasta casi triplicarse en solo un año.

Según los datos del ministerio del Interior, en todo el 2017 se cursaron un total de 108 solicitudes de asilo en las comarcas leridanas, frente a las 40 de 2016. En todo el año pasado pidieron asilo las mismas personas que en el último cuatrienio. Y las llegadas de pateras a las costas españolas, sobre todo andaluzas, y los rescates de personas a la deriva en el Mediterráneo, han causado la alerta este verano, con la previsión de que se alcancen las 50.000 peticiones de protección internacional este año y se prepara la atención en especial para los menores que llegan sin familia.

Solo en el primer semestre del año, Creu Roja Lleida atendió el doble de solicitudes de asilo que el año pasado, hasta un total de 96, sobre todo de personas procedentes del África subsahariana, Venezuela, Ucrania, Rusia, Colombia y Georgia. La ONG se encarga de la atención a las personas refugiadas y en busca de asilo y el programa consta de cuatro fases: la primera acogida, residencial, integración social y autonomía.

En la primera acogida se trata de facilitar cobertura de necesidades básicas, mientras que para la segunda fase, Creu Roja dispone de 28 plazas. Tras cubrir las necesidades, el principal objetivo es que las personas llegadas a Lleida encuentren un trabajo y puedan vivir de forma autónoma.  La organización alerta de que las principales trabas para el proceso de acogida son las denegaciones de asilo y la falta de pisos en el mercado privado.

En 2017, las solicitudes de asilo internacional en España marcaron su registro más alto en los últimos nueve años, con más de 31.700 peticiones. De estas, cerca de 4.000 se presentaron en Catalunya, el doble que un año antes. La Generalitat ve insuficiente la propuesta del Estado para hacer frente a la atención de los menores extranjeros no acompañados (MENA) que están llegando a Catalunya y al conjunto del Estado.

En lo que va de año, han llegado a España más de 7.000 menores no acompañados, la mayoría a través de Ceuta y Melilla, o directamente a las costas de Andalucía con patera o escondidos en camiones por la Jonquera. En el caso de Catalunya, la cifra también ha ido en aumento y en solo siete meses han llegado más de 1.400 menores que están bajo la tutela de la dirección general de Atención a la Infancia y la Adolescencia (Dgaia).

En el caso de Lleida, aunque se desconoce cuántos menores han llegado a la provincia, en los últimos meses se han abierto al menos cinco centros o pisos tutelados para dar una atención de emergencia a estos menores, algunos de hasta 12 años. Ubicados en Lleida, Almacelles, Gimenells y Juneda, estos centros intentan “aliviar” la saturación que experimentan los centros de la Dgaia en el conjunto de Catalunya. Para abordar su atención, el lunes el Gobierno central reunió a las autonomías para estudiar varias medidas.

Sin embargo, el debate sobre establecer cuotas más equilibradas de reparto de menores que llegan solos se ha pospuesto hasta septiembre. La Generalitat ve insuficiente la propuesta del Estado de recuperar el fondo para acogida de inmigrantes en 2019. En total, la Dgaia tiene bajo tutela a más de 8.500 niños y adolescentes, de los que más del 25% son menores extranjeros no acompañados.

El barco de Open Arms desembarca en Algeciras El buque de Open Arms con 87 inmigrantes rescatados frente a las costas libias desembarcó ayer en el muelle de San Roque, en Cádiz, después de una semana en alta mar. Entre las personas rescatadas hay 12 menores, de los que la mitad son niños y adolescentes que viajaban sin la compañía de un adulto. Según informó una portavoz de la ONG, los inmigrantes desembarcaron uno a uno y fueron recibidos por un equipo de respuesta inmediata en emergencias de Cruz Roja, que les puso mantas en los hombros y les trasladó a un hospital de campaña para una primera revisión.

Posteriormente, autobuses de la Guardia Civil los trasladaron en pequeños grupos al Centro de Atención Temporal de Extrajeros (CATE). A estos 87 inmigrantes, según señaló el Gobierno central, no se les tratará “de manera excepcional o especial”, por lo que su condición será la misma que la de los rescatados a diario en pateras en el Estrecho. Ante las críticas recibidas por la diferente acogida de los inmigrantes del Aquarius y del Open Arms, el Gobierno respondió que en el primer caso ofreció un puerto seguro ante una situación excepcional, y que ahora se trata de un buque de bandera española que ha hecho un rescate.

A pesar de que a los 60 migrantes rescatados por el mismo barco hace más de un mes se les concedió un permiso humanitario especial de 30 días -al igual que los 45 días que se dio a los 629 del Aquarius a los que España ofreció un puerto seguro-, desde el Ejecutivo central aseguran que, a partir de ahora, no habrá un trato “excepcional” y se seguirá el proceso normal para cualquier llegada a España, independientemente de que se produzca a través de buques de salvamento o en patera.

Entretanto, Proactiva Open Arms afirmó que los migrantes rescatados preferían morir en el agua a ser devueltos a Libia y lamentó que no se siga el protocolo internacional de trasladar a los rescatados en los puertos seguros más cercanos. Los migrantes llevaban dos días a la deriva en una barca antes de ser recogidos por la ONG, algunos casi deshidratos. Los 87 proceden de Sudán y Sudán del Sur, salvo un egipcio, un sirio y otro de Gambia. Francia acogerá a una veintena de ellos.

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