SALUD INVESTIGACIÓN
Apnea, tras la disfunción eréctil
Foto de familia de los investigadores de Lleida, liderados por el doctor Ferran Barbé.
El tratamiento de la apnea del sueño permite mejorar la disfunción eréctil. Así lo revela el último estudio de Instituto de Investigación Biomédica de Lleida (IRBLleida) y el Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Respiratorias (Ciberes), que confirma la estrecha relación entre el síndrome de la apnea obstructiva del sueño y esta disfunción sexual que afecta a uno de cada dos hombres con este diagnóstico. La investigación, cuyos resultados se han recientemente publicado en la revista PLoS One, analizó datos de 150 pacientes diagnosticados con apnea en el Hospital Universitari Arnau de Vilanova y en el Hospital Universitari Santa María de Lleida entre 2013 y 2016.
“El estudio ha revelado una prevalencia de disfunción eréctil del 51%, lo que confirma la relación entre ambas patologías y abre la puerta a la implementación de programas de cribado”, aseguró la doctora del servicio de Urología que ha liderado la investigación, Mercè Pascual.
La mitad de los pacientes recibieron tratamiento con presión positiva continua en las vías respiratorias durante tres meses y reportaron un aumento significativo de su satisfacción sexual.
Sin embargo, según los investigadores, no fue posible confirmar la eficacia de una estrategia terapéutica focalizada únicamente en el tratamiento con presión positiva continua en las vías respiratorias para tratar la disfunción eréctil.
Según el coordinador del estudio e investigador del Ciberes en el Hospital Arnau, Manuel Sánchez, “el tratamiento no tuvo impacto en los perfiles psicológicos, hormonales o bioquímicos de los pacientes, por lo que el estudio no pudo determinar de manera concluyente que la presión positiva continua en las vías respiratorias sea eficaz como tratamiento exclusivo de la disfunción eréctil en pacientes con apnea obstructiva del sueño”.
La disfunción eréctil se define como la incapacidad persistente para conseguir o mantener un rendimiento sexual satisfactorio. Se trata de un fenómeno que afecta a un 20% de los hombres de entre 30 y 70 años, aunque los estudios que la relacionan con la apnea han descrito una prevalecencia de hasta un 69% por ciento de disfunción.
