El diseño de videojuegos, la rompedora forma de arte del siglo XXI
Con sus innovadores conceptos, tramas y personajes, los videojuegos son más que un mero entretenimiento y se consolidan como la principal forma de arte digital del siglo XXI, según una nueva exposición presentada este miércoles en Londres. "Videogames: Design/Play/Disrupt", que se inaugura el sábado en el museo Victoria & Albert, analiza el proceso creativo y el impacto social de estos objetos de consumo masivo, cuya elaboración requiere de un fino equilibrio entre la técnica y las artes.
Informáticos, ingenieros, ilustradores, actores o músicos, en equipos o autónomos, son algunas de las personas que participan en la creación de estos instrumentos, de los que disfrutan actualmente unos 2.200 millones de usuarios en todo el mundo.
La exposición londinense, abierta hasta el 24 de febrero, reúne bocetos, notas de producción, ensayos y animaciones de un puñado de destacados videojuegos de los principales estudios, así como ejemplos de invenciones de aficionados en juegos como Minecraft y un divertido "salón recreativo".
Según la comisaria de la muestra, Marie Foulston, esta "no trata de hacer un repaso nostálgico de los videojuegos sino que aborda el aquí y ahora" de esta modalidad artística, para "hacer pensar tanto a los fans como a quienes no lo son".
El director del V&A, Tristan Hunt, aseguró, por su parte, que es la primera exposición dedicada a "analizar la complejidad de una de las disciplinas de diseño más importante de nuestros tiempos".
"Videogames: Design/Play/Disrupt" centra su recorrido en juegos influyentes pero menos típicos, como el enigmático, artístico y literario "Kentucky Route Zero", en el que el jugador decide los guiones, o el evocador y lento "Graveyard", donde una anciana renqueante visita un cementerio.
"The Last of Us", del estudio Naughty Dog, en el cual un hombre y una niña sobreviven en un planeta post-apocalíptico, ejemplifica un tipo de diseño de estilo cinematográfico que nada tiene que envidiar a las películas de Hollywood, con una animación meticulosa y decorados realistas.
Los bellos dibujos de "The Journey", de thatgamecompany, ofrecen la alternativa poética; "Splatoon", de Nintendo, combina color, acción y moda, mientras que las personales creaciones de la "desarrolladora de juegos" independiente Jenny Tiao Hsia buscan lo "lindo" o, en japonés, "kawaii".
Otra sala, apta solo para mayores de 16 años, explora, con testimonios de periodistas, jugadores y creadores, por qué en los videojuegos la mayoría de los héroes son hombres blancos, escasea la representación de minorías étnicas y la diversidad sexual, el lenguaje suele ser el inglés -lo que dificulta la codificación en otros idiomas- y la cultura dominante es anglosajona.
Se exponen también juegos disidentes como "Phone Story", cuya aplicación rechazó Apple al ser crítico con la producción de teléfonos móviles inteligentes, que a menudo se desarrolla en países en vías de desarrollo en condiciones precarias para los trabajadores.
En una enorme pantalla, los visitantes pueden ver asimismo los impresionantes diseños que hacen los mismos usuarios en juegos como el arquitectónico "Minecraft" -destaca el continente Westeros de Juego de Tronos-, torneos en vivo entre videojugadores en competiciones deportivas y "clases magistrales" en YouTube.
La última parte de la exposición recrea, con neones de colores e inusitadas máquinas, una especie de salón recreativo para videojugadores inspirado en las invenciones caseras de los aficionados, el sueño ocioso de cualquier "gamer".