CIENCIA DISTINCIONES
El Nobel de Medicina premia la inmunoterapia contra el cáncer
El Nobel de Medicina reconoció ayer los estudios para desarrollar la inmunoterapia contra el cáncer del estadounidense James P. Allison y el japonés Tasuku Honjo, que han establecido nuevos principios en la lucha contra esta enfermedad. Según la Asamblea Nobel del Instituto Karolinska de Estocolmo, “su trabajo ha revolucionado el tratamiento contra el cáncer de pulmón, el melanoma y varios tipos en fase metastásica, cambiando de manera fundamental la forma de combatir ese mal”. Allison y Honjo demostraron, a partir de diferentes estrategias, cómo el sistema inmunitario puede usarse para luchar contra el cáncer, una idea que ya se empezó a discutir a finales del siglo XIX y ha originado investigaciones durante años, aunque sin que funcionasen en nuevas estrategias terapéuticas. En este sentido, los descubrimientos de los nuevos nobel “constituyen un hito en la lucha contra el cáncer”, dijo el presidente del Comité Nobel de Medicina, el inmunólogo Klas Kärre, al mismo tiempo que añadió que se trata de un enfoque “completamente nuevo porque, al contrario que estrategias anteriores, no está centrado en las células cancerosas, sino que lo hace en el sistema inmunitario”. Nacido en Alice (Texas) en 1948, Allison ha realizado estudios de biología en varias universidades estadounidenses y desde 2012 ejerce la docencia en la de Texas. En la década de 1990, Alisson empezó a estudiar en su laboratorio de la Universidad de California la proteína CTLA-4, que funciona como freno de las denominadas células T, claves en el sistema inmunológico. Tras descubrir un anticuerpo que podía unir a esa proteína e inhibir su función, quiso averiguar si podía liberar el freno de la célula T y provocar que el sistema inmune atacase las células cancerígenas. Usando esa técnica pudo curar a ratones con cáncer y, después de sus esfuerzos por desarrollar una estrategia para humanos, logró en 2010 efectos sorprendentes en pacientes con melanoma avanzado.
Honjo (Kioto, 1942) estudió medicina y química en centros universitarios japoneses y estadounidenses. Descubrió en la Universidad de Kioto (Japón) la PD-1, otra proteína expresada en la superficie de las células T: años de experimentos mostraron que funcionaba como freno en los tratamientos contra el cáncer también en casos en los que la enfermedad estaba en fase metastática.