Apuestas 'online' al alza

Poco imaginaban hace un cuarto de siglo los precursores de lo que hoy conocemos como internet, que empezó siendo una red de comunicaciones militar y, más tarde, también académica, acabaría por convertirse en una telaraña mundial en la que tienen cabida toda clase de contenidos y, como no, también el juego. Los humanos hace siglos que apostamos, y ya el emperador romano Justiniano, en el siglo VI de nuestra era, se propuso poner coto a las deportivas, además de reforzar la prohibición sobre los juegos de azar. Sin embargo, es en vano poner puertas al monte y, al menos desde el siglo XVIII, las apuestas, porfías y demás juegos de azar han hecho fortuna en nuestra sociedad.

Pero internet ha llevado al sector a otro nivel. De este modo, según publicó recientemente la dirección general de Ordenación del Juego, dependiente del ministerio de Hacienda, los juegos de azar online generaron un negocio de 4.166 millones de euros sólo en el segundo trimestre de este año, entre apuestas, bingos, casinos, concursos y juegos de póquer vía internet. Así las cosas, la cantidad jugada entre abril y junio es un 27,17% superior a la del mismo periodo de 2017, y ha aumentado un 308,36% en los últimos cinco años. En total, el año pasado, se apostaron 13.299 millones de euros. A medio 2018, ya se ha jugado el 62% de esta cantidad, 8.263 millones. Y ello, en un mercado en el que únicamente participan los 54 operadores autorizados por Hacienda, entre los que está también Loterías y Apuestas del Estado, que ha habilitado en su página web la posibilidad de efectuar online las apuestas tradicionales. Renovarse o morir, que reza el refrán.

Modalidades

Con todo, el rey del juego virtual es el casino, con 1.966 millones apostados en el segundo trimestre. Su príncipe, las máquinas cibernéticas de azar, con un montante de 802 millones jugados en este periodo. Pero el trono de los casinos en internet corre peligro porque, mientras que la cantidad apostada en esta modalidad de juego se ha incrementado solo en 21 millones entre abril y junio respecto al primer trimestre del año, el montante movido por las apuestas ha crecido en 100 millones de euros, desde los 1.613 millones hasta marzo con 1.712 en el segundo trimestre. En sus antípodas quedan los concursos online que, después de una etapa de altibajos y de una leve bonanza entre 2016 y 2017, se hundieron un 69,92% el primer trimestre de este año, moviendo únicamente 373.517 euros. Entre abril y junio, remontaron levemente hasta los 420.495 euros jugados.

Son las grandes firmas internacionales, como William Hill, Bet365, 888 o Bet and Win, las que dominan el mercado. Empresas que, junto con el resto de los operadores autorizados, se embolsaron 559 millones de euros brutos en 2017. En los seis primeros meses de este año, ya ha obtenido un beneficio de 330 millones, que procede sobre todo de las apuestas, 170 millones, de los juegos de casino, 113 millones, y del póquer, 40 millones.

Por razones obvias, pues, este mercado no ha quedado al margen del apetito de los trileros de cartas marcadas. De este modo, las autoridades también se desempeñaron activamente en la persecución del juego fraudulento por internet durante el año pasado, dejando inoperativas un total de 961 páginas web de juego ilegal, y cerrando otras 271. Así las cosas, la dirección general de Ordenación del Juego planteó 16 propuestas de inicio de procedimiento sancionador contra 17 portales de apuestas sin licencia. Además, esta actividad de persecución del regulador estatal del juego presenta otra derivada en el mundo real, el Servicio de Investigación Global del Mercado de Apuestas (SIGMA), creado en abril de 2017. En sus primeros meses de vida, hasta diciembre, efectuó 191 actuaciones, actuando de oficio en sietes presuntos amaños de apuestas deportivas, y recibiendo información sobre 45.

La prudencia nunca yerra, pero el trasfondo de estos datos lo que revela es un incremento exponencial del número de jugadores que, haciendo caso omiso de aquello de que el dinero que el naipe ha traído, hoy venido y mañana ido, se han arrojado a los brazos de la diosa Fortuna a la conquista de su particular tesoro virtual. Y es que 1.394.787 de usuarios, de los 2.303.956 registrados en las plataformas de juego online, efectuaron al menos una apuesta el año pasado. A la luz de esto, la cifra de jugadores virtuales activos en el Estado español se ha incrementado en un 110,32% desde 2013. Y esta tendencia alcista, lejos de frenarse, continúa con su inexorable escalada. En este sentido, los últimos datos disponibles (al término de junio de este año) revelaban que en el segundo trimestre se contabilizaron 859.695 jugadores de media al mes, 207.128 más que en el mismo periodo del año pasado y 589.260 por encima que en el segundo trimestre de hace cinco años. Pero ya advirtió el refranero que quien empieza ganando acaba llorando y, como en estas suertes, es la banca la que se suele llevar el gato al agua, cada jugador perdió 293 euros de media en 2015, último año en el que el Gobierno central publicó esta estadística. La de los número rojos, la otra cara de la ludofilia, o, según se mire, la ludopatía, un problema in crescendo en un entorno en el que el juego está cada vez más al alcance de la mano.