ESNOTICIA
Cerca de 2.700 leridanos tienen firmado no alargar su vida de forma artificial
Asociaciones piden la despenalización de la eutanasia, a debate en el Congreso
La cifra de testamentos vitales se ha disparado en los últimos años y en Lleida ya hay casi 2.700 personas que tienen por escrito su deseo de no alargar su vida de forma artificial. La despenalización de la eutanasia vuelve al Congreso, mientras asociaciones y profesionales médicos empiezan a prepararse por si se legaliza.
Decidir cómo se quiere morir en vida. Es lo que han firmado un total de 2.690 leridanos que han suscrito un documento de voluntades anticipadas para dejar por escrito que, llegado el momento, no quieren alargar su vida de forma artificial. Es una cifra récord en las comarcas de Ponent y también en Catalunya, donde desde 2002 se han registrado más de 84.000 de estos documentos. Se trata de dejar por escrito las instrucciones sobre intervenciones y tratamientos médicos que la persona desea recibir si una enfermedad física o psíquica les impide expresar su voluntad.
Según los datos del registro del departamento de Salud, el año pasado se firmaron 9.251 documentos en Catalunya, el 11% de todos los registrados hasta ahora, con una media de 25 al día. Esta tendencia apunta, según la conselleria, que, en determinados sectores de la población, la firma de este documento ha dejado de ser un hecho excepcional. Esta última voluntad pasa, por ejemplo, para que no se prolongue la vida de forma artificial, para no recibir tratamientos de apoyo ni terapias poco contrastadas o rechazar el traslado del lugar de residencia en el último tramo de vida. En estos documentos también se puede manifestar el deseo de hacer una donación de órganos y sirven tanto para orientar la práctica respetuosa de los profesionales sanitarios como para disipar dudas de los familiares. La firma se dispara, sobre todo, cuando se reabre el debate del derecho a la muerte digna o de la eutanasia, además de casos mediáticos de personas que inician una batalla para lograr morir como ellos quieren.
La propuesta del PSOE incluye a pacientes con patologías irreversibles como Ramón Sampedro
Morir según los deseos expresados y con el mínimo sufrimiento posible es la clave de la legislación sobre derechos y garantías de la dignidad de las personas en el proceso de atención al final de la vida. Más conocida como ley de muerte digna, se prevé que antes de que acabe el año sea aprobada en el Congreso para su remisión al Senado y, por tanto, su aprobación definitiva. Una iniciativa de Ciudadanos que no contará, en principio, con el apoyo de ERC, PDeCAT y PNV al considerar que invade las competencias autonómicas.
Esta norma verá la luz antes de la regulación de la eutanasia, propuesta por el PSOE, que seguirá por primera vez su tramitación parlamentaria tras salvar el primer escollo en el Congreso hace unas semanas. Hay diferencias fundamentales entre ambas normativas. La de muerte digna está dirigida a pacientes en su etapa final de la vida, para acortar la agonía, mientras que la eutanasia podría solicitarla cualquier enfermo con un sufrimiento “insoportable” por una discapacidad grave crónica y que dependan de otras personas o las personas que requieran cuidados paliativos por una enfermedad grave e incurable. Aquí se incluyen los casos que no tienen porqué estar en la fase terminal de su enfermedad, como sería el de Ramón Sampedro. Las asociaciones por una muerte digna se muestran esperanzadas en que esta vez el debate sobre la despenalización de la eutanasia llegue a buen puerto. Dret a Morir Dignament de Catalunya participó la semana pasada en el Parlamento Europeo en unas jornadas de debate. La coordinadora en Lleida, Concepció Canut, que participó como portavoz, explica que se reunieron con entidades de Portugal, Bélgica, Francia y Polonia para difundir el movimiento a favor de una muerte digna y para poner en común la situación política de los diferentes países. En este sentido, Canut resaltó que en Catalunya “somos líderes en el derecho de los pacientes y los cuidados paliativos, aunque hay situaciones de extrema dureza en las que la sedación no es suficiente”.
En el ámbito médico, el Comité de Bioética de Catalunya hace años que aboga por despenalizar la eutanasia, así como el Parlament de Catalunya. En Lleida, el Comité de Ética Asistencial del Arnau de Vilanova se prepara para una posible legalización y para dar herramientas a los profesionales para despejar dilemas éticos. Si sale adelante la ley, los leridanos que hayan incluido la eutanasia en su testamento vital podrán ver cumplido su deseo, si se da el caso, sin que el médico cometa un delito.
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