ENTIDADES SOLIDARIDAD
Más de 60 personas viven en la calle en Lleida y casi 700, en viviendas indignas
La Fundació Arrels-Sant Ignasi ha ayudado en lo que va de año a 720 personas sin hogar digno en Lleida ciudad, de las cuales 64 viven en las calles. La entidad lamenta que “cada vez hay más personas en situación de vulnerabilidad” y pide celeridad en la apertura de una residencia para personas sin techo en el antiguo convento de Les Josefines.
La fundación Arrels-Sant Ignasi ha ayudado en lo que va de año a 720 personas sin hogar en Lleida ciudad, doce más que en todo 2017. Se trata de personas que residen en casas okupas o en chabolas con condiciones insalubres, aunque entre ellas hay hasta 64 personas que viven en la calle. “Cada vez son más y pasan desapercibidas”, alertó el subdirector de esta entidad, Óscar Costa, que ayer reclamó más celeridad en la apertura del Centre de Dia i Residència per a Persones sense Llar en el antiguo convento de Les Josefines, un proyecto del ayuntamiento que asegura que “parece estar estancado”. Precisamente, para visibilizar este colectivo y reivindicar el derecho a una vivienda digna, más de una cincuentena de personas, entre voluntarios y usuarios de Arrels-Sant Ignasi, se concentraron ayer en la plaza de la Paeria y protagonizaron una performance en la que construyeron una casa con cajas de carton. Bajo el lema Digues prou. Estic tant a prop que no em veus, reclamaron unas políticas públicas de viviendas, así como un sistema que garantice ingresos mínimos para las personas en una situación de riesgo extrema y un acompañamiento social que sirva como herramienta fundamental en el proceso de inclusión. “Si no vas al ritmo de la sociedad no vales nada, nos miran como cosas y algunos nos hacen sentir indignos”, lamentaron algunos de los usuarios de la fundación durante la lectura de un manifiesto. En esta línea se expresó también Alcides Jorge Gómez, un usuario en situación de vulnerabilidad que aseguró que “los que acaban perdiendo siempre son los pobres”, al mismo tiempo que aseguró que “piden nóminas muy altas para conseguir una casa, pero más difícil es conseguir un trabajo cuando no tienes nada”. Según el informe anual de la fundación Arrels-Sant Ignasi, el año pasado acogieron a 1.395 personas en la ciudad, de las que 1.009 no tenían ningún ingreso.
“Viví 15 años en una tienda de campaña cerca del río”
Mighal asegura que “ahora estaría en la calle si no tuviera un amigo que me ofrece una habitación”. El es una de las personas sin hogar a las que la función Arrels-Sant Ignasi ha ayudado a salir adelante, pues “estuve viviendo en una tienda de campaña al lado del río durante quince años”. “Llegué de Eslovaquia en busca de trabajo pero como mi salud empeoró rápidamente no encontré empleo y me quedé en la calle”, explica Mighal, al mismo tiempo que lamenta que “vivir en esas condiciones da mucho miedo porque nunca sabes que te va a pasar o si va a venir alguien a molestarte. Hasta cuatro veces me desahuciaron de mi tienda de campaña, con coches de patrulla que vinieron a buscarme”. Ahora agradece el apoyo de esta entidad social, pues “hay gente muy buena que me ha ayudado a cubrir las necesidades básicas. Allí me acogieron sin juzgarme”. A sus 58 años asegura que “es difícil que me ofrezcan trabajo, que es lo único que necesitamos las personas sin hogar para salir de esta situación y valernos por nosotros mismos”. “Aún queda mucho trabajo por hacer en cuanto a políticas públicas de vivienda, pero hoy hemos venido aquí para reivindicar nuestros derechos fundamentales y conseguir que se visibilice nuestra situación”, explicó Mighal, quien aseguró que “vivir en la calle es inhumano”.
Pocos casos y una respuesta rápida en capitales de comarca y pueblos Las capitales de comarca y pueblos registran pocas personas sin techo o que viven en lugares que no reúnen las condiciones mínimas para ser habitables. Así lo explicaron fuentes municipales y de consells, en los que numerosos ayuntamientos delegan servicios asistenciales. Los de Balaguer y Les Borges apuntaron que no tienen ahora ningún caso sobre la mesa y que, cuando los servicios sociales detectan estas situaciones, la mesa de emergencia realoja a los afectados con celeridad. Por su parte, el albergue de Tàrrega recibió a 578 personas en 2017, si bien este equipamiento acoge desde personas necesitadas hasta peregrinos.