Críticas a la sentencia del caso de Vielha

La consellera de Justicia, Ester Capella, defendió ayer que “hace falta incorporar la perspectiva de género” en la formación de jueces, fiscales y abogados y todas las personas que intervienen en la adopción de una resolución judicial, así como en la elaboración de las leyes. En un acto de la Assamblea Nacional de Dones de ERC, Capella señaló, tras la sentencia de la Audiencia de Lleida que condenó a dos acusados de violación en Vielha solo por abusos porque no hubo violencia ni intimidación (ver SEGRE del jueves y el viernes), que en el ámbito de la administración de Justicia “hay un agujero negro importante que se visibiliza con estas resoluciones judiciales”. Por ello, la consellera solicitó al Consejo General del Poder Judicial que tome medidas en un contexto en el que la capacidad de indignación de la ciudadanía es más elevado y el movimiento feminista y las mujeres han dicho “basta” a ser vulnerables con violencias física, psíquica, económica, sexual e institucional.

En cuanto a la violencia sexual, Amnistía Internacional (AI) alertó ayer de que solo 8 de 31 países europeos tienen en su legislación definiciones de la violación basadas solo en la falta de consentimiento y la gran mayoría la reconocen cuando existe violencia física, amenaza o coacción. Una legislación que, según AI, podría cambiar próximamente en España tras los últimos escándalos.

Detenido tras retener y agredir sexualmente a su pareja sentimental durante un mes en una vivienda

Por otra parte, la Policía Municipal de Madrid ha liberado a una mujer que estaba retenida contra su voluntad desde su llegada de El Salvador desde hacía un mes por su pareja, quien la agredía sexualmente. Los hechos fueron denunciados la tarde del jueves. El agresor ha sido detenido.

Aunque los actos para conmemorar el Día Internacional por la Eliminación de la Violencia contra la Mujer se concentrarán hoy, ayer se llevaron a cabo algunas iniciativas en Catalunya, en el resto del Estado y en el mundo. En Madrid, la Cibeles se tiñó de morado y, en Marruecos, se lanzaron globos al cielo.