NAVIDADES OCIO
La igualdad no es un juego
Las tecnologías han acaparado la industria del juguete, que sigue fomentando distinciones entre niños y niñas || El Meccano y el plástico revolucionaron el mundo del juego en el siglo XX
Los juguetes, que hoy son protagonistas en la mayoría de hogares, poco tienen que ver con los que hacían las delicias de los más pequeños hace apenas 60 años. Las nuevas tecnologías han sustituido las peonzas, los soldaditos de plomo y los teatros de cartón, aunque el sexismo en los juguetes sigue siendo una asignatura pendiente para los fabricantes.
La necesidad de jugar forma parte inherente del ser humano, aunque los juguetes que especialmente hoy son los protagonistas en la mayoría de hogares poco tienen que ver con los que hacían las delicias de los más pequeños hace apenas sesenta años. Los muñecos robotizados y las videoconsolas han sustituido las peonzas, los soldaditos de plomo y los teatros de cartón, aunque una de las asignaturas pendientes de los fabricantes sigue siendo la eliminación de las distinciones entre niños y niñas. “El sexismo de los juguetes de hace apenas unas décadas era mucho más explícito e incluso se especificaba en el anuncio si eran para niños o niñas. Los juegos para el exterior, como las bicicletas y los aros, estaban pensados para los niños, mientras que las niñas debían entretenerse en casa con muñecas y cocinitas”, explica Eva Pascual, conservadora del Museu del Joguet de Figueres, quien asegura que “aunque puede pasar más desapercibido, en los anuncios y el diseño de los juguetes sigue habiendo esa distinción, que a veces se reduce al color rosa y el azul”. El mayor avance en la industria del juego fue la incorporación, en la década de 1950, de las piezas de plástico, que redujeron el costes de producción y abarataron los precios de venta. También supuso un punto de inflexión la comercialización del Meccano que, según Pascual, “supuso la aparición del modelo de juego pedagógico a principios del siglo”. Sin embargo, las nuevas tecnologías han revolucionado el panorama actual, cambiando las dinámicas del juego comparatido. En este sentido, la psicóloga Maria Gilart apunta que “aprender a jugar solos también es importante para que los pequeños acaben desarrollando su creatividad y autonomía, aunque poco a poco se ha ido perdiendo la tradición de jugar en espacio abiertos e interactuar con otros niños”. El uso de las pantallas y los juegos con fuertes estímulos no es recomendable hasta los cinco de seis años, pues “están expuestos a estímulos externos y no acaban de desarrollar la imaginación”. En edades primerizas, los juguetes que estimulen el desarrollo psicomotriz y el simbólico, como muñecos y cubos aplicables, son los más “adecuadas”.
¿Cuál es la importancia del juego a nivel psicológico?
El juego tiene un papel fundamental en los pequeños porque es el motor del desarrollo cognitivo y motriz, así como del lenguaje. En edades más primerizas, se recomiendan juguetes que no tengan muchas estímulos (luces y sonidos), sino juegos sencillos como arenas de colore y cubos aplicables que formen la creatividad.
¿A partir de qué edad se recomienda el uso de nuevas tecnologías?
No es recomendable hasta los cinco años. Aunque somos conscientes de que los niños de hoy han nacido en la era digital, es importante no crear un hábito que pase por la tecnología y adaptar el contenido.
¿Hay que estimular el juego al aire libre?
A muchos padres les recetamos salir a la calle con sus hijos para que jueguen en parques, siempre que sea en un entorno seguro.