Los Reyes llegan a Lleida, “ciudad solidaria y de paz”

La ilusión volvió ayer a vencer al frío en la ciudad de Lleida, donde miles de niños y niñas salieron a la calle para dar la bienvenida a los Reyes Magos. Melchor, Gaspar y Baltasar llegaron a la capital de Ponent como es tradición, a bordo de la locomotora Ye-yé. En la estación Lleida-Pirineus, sus Majestades de Oriente recibieron los primeros vítores, como si de estrellas del rock se tratara. Los más pequeños llamaban a su rey favorito, pero todos querían tener una foto, la mayoría un selfie, con los protagonistas del día. Se hicieron esperar un poco, hasta cinco veces avisaron por la megafonía de la estación de su llegada. Pero una vez en Lleida, se desató la alegría y la música. “Estamos muy contentos de llegar a Lleida. Una ciudad de solidaridad y de paz, tal y como nos han transmitido las cartas que nos han hecho llegar los niños. Hemos traído muchos regalos”, señalaron los Reyes Magos una vez pisaron tierra.

Ya en sus carrozas, dio inicio la comitiva real, que encabezaban los gegants de la ciudad junto con Lo Marraco, que, este año con un motor ecológico y menos contaminante, iba haciendo paradas para recoger chupetes. Música, baile y magia inundaron el desfile real, que volvió a cruzar el río Segre para pasar por Cappont y regresar a la Paeria, donde recibieron las llaves de la ciudad de manos del alcalde, para poder entregar todos los regalos que habían traído, y recibir a los niños. Se pudo ver a los pajes reales, ataviados con grandes zancos, recogiendo las cartas de los niños más rezagados, aunque los más afortunados pudieron hacer sus peticiones en primera persona a los Reyes Magos. En casi tres kilómetros de recorrido, participaron unas 600 personas, entre ellos equipos de animación, música y teatro, y seguridad. Pompas de jabón, luces y figuras deslumbraron el cielo junto a los caramelos, que algunos incluso recogían con paraguas al revés.

Cabalgata a pie como respuesta al veto en Pardinyes La comitiva real hizo ayer un pequeño recorrido a pie por las calles del barrio de Pardinyes después de que la Paeria anulara la que estaba prevista por motivos de seguridad. El ayuntamiento argumentó que no podía garantizar la presencia de agentes de la Guardia Urbana en la cabalgata de Pardinyes porque estaban presentes en la que recorría el centro de la ciudad. Tras el desfile a pie, sus Majestades de Oriente repartieron regalos entre los más pequeños en la iglesia de Sant Salvador, donde pudieron hacerles llegar sus deseos antes de la esperada noche. La anulación de esta cabalgata, que se retomó el año pasado tras cinco años paralizada, causó una gran indignación entre los vecinos, que se quejaron de haber recibido el aviso con solo tres días de antelación.