Que el sufrimiento no caiga en el olvido

Que la verdad de todo lo ocurrido en Mauthausen saliese a la luz fue en gran parte gracias a tres españoles que salvaron miles de las fotografías que las SS hicieron en aquel campo de concentración austríaco. Uno de ellos, el barcelonés Francesc Boix, fue el impulsor de la idea. Trabajaban en el servicio fotográfico del campo y con la ayuda de otro grupo de prisioneros españoles que cumplían condena en régimen de libertad vigilada, con lo cual podían salir del recinto, iban sacando los negativos para dárselos a una joven de la localidad, Anna Pointner, que escondió las fotografías en su propia casa. Ahora, casi 74 años después, la Biblioteca Pública de Lleida acoge la exposición Imágenes y memoria de Mauthausen, inaugurada ayer. Una muestra con más de 500 fotografías que provienen de los negativos que ayudó a salvar Boix y de 21 archivos más. Incluso algunas son aportaciones personales como las del leridano Josep Teixidó, que perdió allí a su hermano Carmelo. Esta exposición ha sido posible gracias al ministerio de interior Austríaco y a las Amical (instituciones que recuerdan la barbarie de este campo de concentración) de Mauthausen, Francia y España. Las fotografías expuestas cuentan dos historias. La primera narra el día a día del campo desde el punto de vista de los miembros de las SS. Mientras que el resto de imágenes muestran la cara más cruda y macabra de Mauthausen.

La exposición podrá visitarse hasta el 28 de febrero y ofrecerá visitas guiadas para el alumnado de secundaria para fomentar el conocimiento de la historia reciente entre los más jóvenes. Otro de los objetivos es el de no dejar caer en el olvido lo que allí padecieron miles de personas.