Los niños con más músculo en la infancia tienen una mejor función pulmonar
Los chicos y chicas con más músculo en la infancia y la adolescencia desarrollan una mejor función pulmonar, según un estudio liderado por científicas del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), que han hecho un seguimiento de casi 7.000 menores del Reino Unido desde que nacieron. El estudio, que publica este viernes la revista "American Journal of Respiratory and Critical Care Medicine", también ha determinado que los chicos, pero no las chicas, con más porcentaje de grasa tenían una función pulmonar más baja.
La investigadora del ISGlobal Gabriela Prado ha explicado a Efe que "se trata de la primera vez que un estudio tiene en cuenta el músculo y la grasa por separado y su impacto en la función pulmonar". Además, según Prado, hasta ahora ningún estudio había reportado que los niveles de grasa podían afectar a la función respiratoria. Si bien es cierto que hay estudios anteriores que habían examinado la asociación entre la masa corporal total y la función pulmonar, sus resultados habían sido contradictorios. "Partíamos de la hipótesis de que esos resultados eran contradictorios porque no distinguían la composición corporal, no tenían en cuenta cuál es la contribución del músculo y de la grasa a esta medida", ha señalado Prado.
En el estudio, las autoras combinaron medidas corporales con otras obtenidas utilizando absorciometría de rayos X de energía dual (DXA) para distinguir entre músculo y grasa. También midieron la función pulmonar en niños y niñas a los 8 y a los 15 años y calcularon el crecimiento que experimentaba durante este periodo.
El estudio contó con 6.964 participantes de la cohorte de nacimiento del Reino Unido Avon Longitudinal Study of Parents and Children (Alspac), que cuenta con más de 15.000 niños que han sido analizados prácticamente cada año desde el momento en que nacieron.
Según Prado, el estudio ha revelado que tanto en niños como en niñas, una mayor masa de músculo está asociada con mayores niveles y tasas de crecimiento de 'Capacidad Vital Forzada' (CVF), que es la cantidad total de aire que una persona puede exhalar respirando lo más profundamente posible. También con un mayor 'Volumen Espiratorio Forzado' (VEF) -cantidad de aire que una persona puede exhalar con fuerza en un segundo- y también más 'Flujo Espiratorio Forzado' -una medida de la velocidad con que sale el aire de los pulmones.
En cuanto a la conclusión referente a la grasa, Prado cree que no es aplicable a las niñas porque "en hombres la grasa se distribuye en la región abdominal mientras que en las mujeres está más en la periferia. Al tener ellos más grasa en el abdomen, los pulmones tienen menos espacio para coger aire".
Sin embargo, en niños y niñas unos mayores niveles de grasa se asociaron con niveles más bajos de VEF y CVF, una medida de la limitación de flujo de aire que a menudo se utiliza para diagnosticar el asma y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).
Las investigadoras ajustaron su análisis a diversos factores que podrían sesgar los resultados, incluyendo el peso al nacer, el tabaquismo materno durante el embarazo y la edad en que los chicos y chicas alcanzaron la pubertad, así como los niveles de función pulmonar a los ocho años.
El estudio ha determinado que la composición corporal en la infancia y en la adolescencia tiene importantes implicaciones en investigación y en salud pública, pero no aporta soluciones sobre qué actividades se tienen que llevar a cabo para mejorar la función pulmonar.
"Con la información que nosotros tenemos no podemos decir exactamente qué actividades específicamente tienen que hacer los niños para tener más músculo, pero sí es importante que hagan ejercicio físico", ha detallado Prado. "Las estrategias de salud pública que promuevan estilos de vida saludables pueden mejorar la función pulmonar y reducir la movilidad respiratoria en la vida adulta, pero no solo se deben reducir el peso, sino también reducir la grasa y aumentar el músculo", ha concluido la investigadora.