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Consiguen un monitor para Maria los próximos 2 meses

La familia instaló una parada de embutidos en la Bassella Race.

La familia instaló una parada de embutidos en la Bassella Race.MARIA MAS

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La familia de Maria Orrit Mas, la niña de Peramola de seis años con un alto grado de dependencia ocasionado por una enfermedad genética muy poco común, ha conseguido recaudar parte del dinero necesario para poder pagar el monitor de comedor que necesita la pequeña y que el departamento de Educació no le cubre. Mediante la venta de lotes de embutido elaborados por la empresa de Organyà Embotits Espunyes hace nueve días durante la Bassella Race 2019, la popular competición de enduro de motos que se celebra cada año en el municipio de Bassella, recaudaron un total de 800 euros, una cantidad que permite a la familia de la pequeña costear el servicio de monitor durante dos meses. Desde hace una semana, la niña vuelve a quedarse a comer en la escuela de Solsona donde recibe la atención especializada durante toda la jornada escolar, un hecho que, según explicó a este diario la madre, Maria Mas, les recomiendan los médicos “para favorecer el desarrollo evolutivo” de la menor. Según la madre, el objetivo es habilitar otra “parada solidaria” en el mercado de Solsona para vender los lotes restantes y continuar recaudando el dinero necesario que permita a la pequeña disponer de un monitor hasta final de curso.

Cabe recordar que la familia reclama desde hace más de tres años al Govern una ayuda para sufragar la monitorización en el comedor del centro, pues Maria no puede comer sola. Sin embargo, según la legislación actual, la pequeña no tiene derecho al servicio de comedor obligatorio por desplazarse a un centro de fuera de la comarca y no ser su centro de referencia −en este caso la escuela de Oliana−. Y en su defecto, tampoco tiene derecho al servicio de monitorización. La enfermedad de la niña está catalogada dentro del síndrome 9P, y le impide andar, hablar o comer sola.

Obligados a hacer 120 km al día para llevar a la niña al colegio La familia se ve obligada a hacer hasta 120 kilómetros de trayecto en su vehículo particular cada día para que la pequeña reciba atención especializada en una escuela de Solsona. Desde hace más de tres años reclaman al Govern una ayuda de monitorización en el comedor del centro, ya que niña no puede comer sola, pero no tiene derecho a ello al estudiar fuera de su comarca. Al no poder hacer frente al coste de comedor y monitor (350 euros al mes), la niña solo iba a la escuela por la mañana, algo que, según la madre, iba en contra del desarrollo evolutivo de la menor.

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