Los humanos de la Edad de Bronce ya preparaban pienso para perros y zorros
Según una investigación en la que han participado investigadores de la Universitat de Lleida
Los humanos de la primera Edad de Bronce, hace más de 5.000 años, ya preparaban un ''pienso'' especial para sus cánidos de trabajo y compañía. La alimentación de perros y zorros incluía cereales, que no podían estar en su dieta sin intervención de las personas con las que convivían, según una investigación en la que han participado investigadores de la Universitat de Lleida (UdL). El estudio, publicado en la revista Archaeological and Anthropological Sciences, está liderado por una profesora de la Universidade da Coruña y también han tomado parte expertos de la Universitat de Barcelona (UB), la Universitat Autónoma de Barcelona (UAB) y la Universidad de Basilea (Suiza).
El entierro de cánidos en diferentes lugares del nordeste de la Península Ibérica evidencia una práctica funeraria generalizada que proliferó entre finales del tercer milenio y el segundo milenio antes de Cristo. Entre los ejemplos de estos ajuares funerarios está el yacimiento de Minferri, en el término municipal de Juneda, en el cual ha trabajado el Grupo de Investigación Prehistórica (GIP) de la UdL: Natàlia Alonso, Joan B. López, Ariadna Nieto y Andreu Moya. Más allá de la ceremonia y el simbolismo, los arqueólogos creen que estos animales enterrados con humanos o en estructuras rituales próximas cumplían otras funciones.
Los investigadores se han aproximado a la dieta de los animales mediante el análisis de isótopos estables de carbono y nitrógeno en colágeno óseo, complementado con estudios arqueozoológicos, antropológicos y arqueobotánicos. En total, han estudiado 37 cánidos, 19 ungulados domésticos herbívoros (como vacas, ovejas y cabras) y 64 humanos encontrados en los yacimientos de Minferri (Garrigues) y Can Roqueta (Vallès Occidental). Los resultados indican que la dieta de los perros era similar a la de algunos humanos, especialmente la de las mujeres y los más jóvenes, "lo que parece sugerir una mayor dedicación de estos colectivos al cuidado de los animales", afirman.
Las personas firmantes del estudio plantean que "la inclusión de cereales no se puede producir de manera natural. Eso indica que los humanos podrían haber preparado deliberadamente los alimentos consumidos por los animales". La investigación concluye que los humanos probablemente alimentaban los perros para asegurarse que cumplieran sus tareas asignadas, ya sea proteger los rebaños de pasturaje o llevar cargas.