DONACIONES INICIATIVAS
Un tesoro de hojalata
Francisco Betrian, un bombero de Mollerussa, atesora una colección de más de 600 coches a escala relacionados con su profesión || Ha hecho una donación a los parques de Lleida y el Pla
Francisco Betrian, un bombero de Mollerusa, tiene en su haber una colección de más de 600 coches de hojalata relacionados con su profesión construidos a escala. Todo comenzó cuando a la edad de 12 años, Betrian empezó a coleccionar cromos. Desde aquel momento se dio cuenta de que le “gustaba tener muchas cosas relacionadas con un mismo tema”. Su primer camión de bomberos se lo regaló su madre a los 16 años. “Eran los juguetes de la época” recuerda. Casi cuatro décadas después, se encontró con una habitación repleta de estos objetos, prácticamente 650. Es por eso que el mes pasado decidió donar 100 vehículos de su colección al parque de bomberos de Lleida. “Compraba vehículos que se parecían entre ellos, aunque con pequeñas diferencias, por si acaso alguno se me perdía y eso hizo que poco a poco fuese acumulando más y más y por eso pensé en donarlos”, asegura el bombero. Con esta muestra quiere dar visibilidad a su colección y acercarla a la gente ya que según él “una exposición así es muy difícil de ver”. Además, explica, le gustaría que la pudiesen ver muchos niños “los pequeños de ahora solo conocen los móviles, las tablets y la televisión y no tienen ni idea de la existencia de estos juguetes”. En la muestra pueden verse camiones, coches, motos, helicópteros e incluso barcos de bombero de distintos países como España, Italia, Francia, Rusia o Alemania. Todos tienen una particularidad, miden entre 3 y 13 centímetros, y el más antiguo data del año 1937. El resto de figuras son de los años 60 y 80 del siglo pasado. “De los 100 que hay aquí, es probable que la mitad ya no se puedan encontrar en el mundo”. La colección está ubicada en una de las salas del parque de bomberos, aunque Francisco espera que la acaben poniendo en algún lugar un poco más visible “ojalá esta muestra este aquí durante 100 años”, confiesa. Asimismo, Betrian también donó otras 100 figuras al parque de Bomberos de Mollerussa. “Los de allí son más grandes, tienen entre 14 a 20 centímetros”, explica. El resto de su colección, de momento, no se plantea sacarla de sus vitrinas. “Tengo la intención de seguir aumentándola”, asegura.
Pero no todo vale para este bombero amante del coleccionismo. Los vehículos que compra deben estar en buen estado, ser de hojalata y medir entre 3 y 20 centímetros. “No quiero figuras más grandes porque si no no me cabrían en ningún sitio”. Con respecto al mantenimiento, explica que no requiere de grandes esfuerzos. “Simplemente frotándolos con un trapo con una gota de aceite, quedan como nuevos”, asegura.
“Cuando algo te gusta mucho haces esfuerzos por conseguirlo”
Una colección de tales dimensiones requiere de grandes sacrificios. Francisco Betrian, asegura que frecuenta todos y cada uno de los rastros y mercadillos de las ciudades que visita. Recuerda, por ejemplo, como un día en Barcelona, paseando por el antiguo mercat dels Encants, vio un camión de bomberos de hojalata que le fascinó, pero, debido a su precio, decidió no comprarlo. Sin embargo, tal fue la impresión que le produjo el juguete, que tuvo que volver a la ciudad condal una semana después, para comprárselo. “No podía parar de pensar en él, tenía que aprovechar la oportunidad o se me podía escapar”, recuerda. Otro día paseando por el Rastro de Madrid, vio otro vehículo que le encantó, pero otra vez por culpa del precio, no tiró hacia delante la transacción. Pero, nuevamente, cuando ya estaba en la otra punta de este gran mercado madrileño, no pudo evitar darse la vuelta, y pagar: “cuando algo te gusta mucho, haces esfuerzos por conseguirlo”.