IGUALDAD DÍA DE LA MUJER
Plan laboral contra el maltrato
Los expertos piden más medidas para proteger a las trabajadoras víctimas de violencia machista en las pequeñas y medianas empresas || Lleida recibió 1.153 denuncias por malos tratos en 2018
La mujer trabajadora víctima de género aún no está suficientemente protegida en el ámbito laboral, sobre todo en pequeñas y medianas empresas que no disponen de los recursos suficientes para adaptarse a sus necesidades. Esta es una de las conclusiones a las que se llegaron ayer durante la jornada sobre violencia de género y trabajo, con la que la Univeristat de Lleida conmemoró el Día Internacional de la Mujer. “Es fundamental que haya un compromiso del empresario y los representantes sindicales para garantizar que el entorno laboral sea lo más seguro posible, aunque es responsabilidad de los organismos policiales y judiciales proteger la integridad de las maltratadas en su día a día”, aseguró la catedrática de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social en la Universidad de Cádiz, Eva Garrido, quien destacó la importancia del trabajo para combatir la dependencia económica y el aislamiento social de las víctimas de violencia de género. Y es que, “aunque el empresario está obligado a suspender el contrato de trabajo o cambiar los horarios de la jornada, en las pequeñas y medianas empresas son demandas casi imposibles”. Por su parte, la jueza especializada en Violencia de Género en Barcelona, Francisca Verdejo, destacó que “una de las principales dificultades a la hora de atacar la violencia de género, ya sea económica, sexual o laboral, es que se da en todas las clases sociales sin ningún patrón, pues cada caso es único”. En la provincia de Lleida, el año pasado se registraron 1.153 denuncias por violencia de género y se dictaron 208 órdenes de protección. Según los datos recogidos por el sindicato CCOO, aunque las leridanas mayores de 16 años representan el 49,4% de la población, más de la mitad están inactivas laboralmente. Además, cobran de media un 16,8% menos al año que los hombres y un 13,6% menos que el resto de las asalariadas catalanas.