El feminismo toma las calles de Lleida con dos manifestaciones multitudinarias

Las mujeres pararon a medias, pero pese a no secundar masivamente la huelga, ayer volvió a vivirse un 8 de marzo histórico en el que miles de personas volvieron a salir a la calle para clamar contra el patriarcado y reivindicar la igualdad real en una jornada en que hubo de lamentarse un nuevo crimen machista en Madrid.

“No es un día de fiesta, es un día de lucha”. La consigna, que podía leerse en una de las pancartas que se vieron ayer en las calles de Lleida, resume el espíritu de una jornada combativa en la que la huelga fue simbólica, pero la protesta muy real. En la capital, unas 5.000 personas, según la Guàrdia Urbana, se manifestaron contra los excesos del patriarcado y clamando por la igualdad real. Eso sí, el feminismo se mostró desunido y no hubo una marcha, sino dos. La de Marea Lila congregó a 3.000 personas y la Coordinadora del 8-M a 2.000, según la policía local. Mucha gente en ambas que, sin embargo, no sumó fuerzas. La sororidad, elegida “neologismo del 2018”, brilló por su ausencia. Pero no fueron las únicas movilizaciones. Por la mañana, las estudiantes colapsaron el tráfico cortando el Pont de la Universidad y los piquetes se hicieron notar en el Eix Comercial. También se vistieron de lila las comarcas. Tàrrega, Mollerussa y Balaguer acogieron algunas de las concentraciones más concurridas de Ponent. En el Pirineo, la huelga feminista logró cerrar la estación de esquí de Port Ainé y muchos ayuntamientos gobernados por el PDeCAT y Esquerra cerraron puertas y decretaron servicios mínimos. El paro también afectó a la movilidad, con una veintena de trenes anulados en Lleida.

La jornada estuvo marcad por un nuevo crimen machista en Madrid, que elevó a 48 las víctimas mortales en el Estado. Y por un informe del Consejo General del Poder Judicial que pone de manifiesto que las denuncias por violencia machista han subido un 23% en solo un año en Lleiday se presentan una media de cuatro al día. Una lacra social.