Una madre de una joven con síndrome de Down reivindica una educación pública e inclusiva

Una educación pública e inclusiva que se adapte a las necesidades de los niños con síndrome de Down para que en un futuro puedan hacer una vida de lo más independiente. Esta es una de las reivindicaciones de Olga Parés, orgullosa madre de una adolescente de catorce años que nació con síndrome de Down y que subraya que “si queremos una sociedad en la que convivamos todos, las escuelas y las universidades no pueden excluir a los niños que tienen otras necesidades”. Su hija, Àngela, está estudiando segundo curso de Eso en un instituto ordinario porque “aunque les puede costar un poco más aprender la lección y tienen una metodología adaptada, al fin y al cabo todos son niños son diferentes y tienen los mismos intereses”. En este sentido, apunta que el debate entre educación inclusiva o especial sigue perjudicando al colectivo porque “si separamos a los niños no se conocerán entre ellos y no estaremos potenciando una sociedad futura en la que todos tengan las mismas oportunidades”.

Según la presidenta de la asociación DownLleida, Pilar Sanjuan, casi el 60% de los 36 niños de la entidad que cursan estudios obligatorios están matriculados en centros de educación ordinaria, mientras que un 16% optan por la educación compartida, que alterna la escolarización ordinaria y especial. “Desgraciadamente parece que ha vuelto a proliferar la idea de que las personas con discapacidades intelectual reciben una mejor educación en las escuelas especiales, pero si queremos que nuestro hijo trabaje y viva en una sociedad inclusiva, tenemos que empezar a inculcar este respeto por la diversidad desde pequeños”, asegura Sanjuan, quien destaca que “la educación compartida es la peor fórmula porque a la persona que tiene más dificultades le pedimos que se adapte a dos centros diferentes”. La inclusión en los espacios universitarios es una de las asignaturas pendientes.