Bellpuig revive su mayor tradición

La población de Bellpuig abrió ayer los actos de Semana Santa en Lleida con una de las celebraciones más íntimas y tradicionales del Urgell, la Magna Processó Penitencial dels Dolors, que cuenta con más de 300 años de historia. Es la fiesta de silencio, de recogimiento y de solemnidad. Las calles quedan alumbradas como hace 100 años con la luz cálida de los rosarios de velas que marcan el itinerario por el centro de la localidad. Son casi dos horas de recorrido de la comitiva en la penumbra. Destaca la iluminación estricta de los pasos, sus juegos florales y su color. Más de un millar de vecinos, antiguos vecinos y visitantes siguen en silencio el paso marcado por el ritmo de los tambores fieles a esta tradición mariana. Son los Armats de Bellpuig y los de la Selva del Camp. Detrás, la banda, en tono menor, pone melodía nostálgica a la tradición.

La procesión comienza en la parroquia de Sant Nicolau y cuenta con seis pasos (Oración, Nazareno, Encuentro, Calvario, Piedad y Virgen dels Dolors), acompañados de los capellanets, las blancas y los penitentes, la mayoría de estos últimos descalzos y caminando de espaldas. Se trata de un montaje que se vale de 300 colaboradores coordinados por la Congregació dels Dolors, que este año estrena por primera vez una presidenta, Beneta Santiveri. Los priores son Joan Jounou y Montserrat Baldrich y los discrets: Jaume Torres, Carlos Santiveri, Maria Teresa Baldrich y Maria Dolors Baldrich. En cuanto a las autoridades participantes en la procesión, se encontraba el obispo auxiliar de Barcelona, Sergi Gordó; la presidenta de la diputación de Lleida, Rosa Maria Perelló, y el alcalde de Bellpuig, Salvador Bonjoch, que puso en valor la devoción de los vecinos por la Virgen dels Dolors y destacó que “esta fiesta sirve para que los bellputxencs de fora vila regresen y se reencuentren con sus allegados”. El pasado mes de septiembre Bellpuig también inauguró una sala de exposiciones permanente dedicada a la procesión dels Dolors, un nuevo atractivo turístico que permite hacer bandera de la fiesta más tradicional durante todo el año. La sala de exposiciones está ubicada en el antiguo matadero municipal y funciona también de almacén de los pasos, que antes guardaban familias del pueblo en sus casas. En este medio año en funcionamiento son cientos las personas que han el equipamiento cultural.