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Un pregón con mucho ritmo
El compositor Antoni Tolmos tocó su piano en el salón de plenos para recordar las canciones más emblemáticas dedicadas a la ciudad || Reconocimiento institucional a 27 personas y entidades
Un salón de plenos de la Paeria lleno hasta la bandera acogió ayer el inicio oficial de la Festa Major de Lleida. Como ya es tradición, el acto comenzó con la imposición de las bandas a las 10 pubilles. Una vez las jóvenes presidieron el salón dio comienzo la entrega de placas y medallas a 27 personalidades y empresas leridanas por su dedicación a la ciudad. Posteriormente, el alcalde, Fèlix Larrosa, hizo un llamamiento a toda la ciudadanía a disfrutar de las fiestas de manera cívica y generosa. Entonces, un piano apareció en medio del salón de plenos, algo insólito hasta la fecha. El pregonero de este año, el compositor Antoni Tolmos, se dispuso a comenzar su discurso. Primero unas palabras. Recordó su infancia en el barrio de la Mariola y cómo se enamoró de los acordes que hacían sonar sus vecinos con su guitarra. Las mismas notas que hizo sonar en ese momento él en el piano. Posteriormente, el músico hizo un repaso por algunas canciones dedicadas a la ciudad como la de Carrer Cavallers de Carles Juste “Lo Beethoven”, o Lleida de Lluís Payà. Pero fue cuando tocó las notas de la canción de su “amigo del alma” David Esterri, Sóc de l’Oest, cuando los asistentes se arrancaron con un efusivo aplauso. Después, el músico explicó cómo cada leridano vive la fiesta mayor según su edad. Primero los niños “con su capacidad sobrenatural para ver a Lo Marraco a distancia”; después los adolescentes “que disfrutan de su primer amor cogiéndose de la mano por todos los Camps Elisis”; o los padres, “que aprovechan que sus hijos están de verbena para comerse un bocadillo”. Finalmente las abuelas “audaces lectoras del programa festivo mientras toman un café con las amigas”. “Cada uno vive su propia fiesta mayor, que todos la disfruten al máximo”, sentenció.