El cuerpo detecta el día y la noche de forma independiente del cerebro
Un estudio del IRB Barcelona y la Universidad de California Irvine demuestra que los tejidos saben responder a los cambios de luz
Científicos del Instituto de Investigación Biomédica (IRB Barcelona) han revelado que los tejidos tienen la capacidad de responder a la luz de forma autónoma y de detectar los cambios entre el día y la noche, al margen de la información que reciben del ''reloj central'' ubicado en el hipotálamo del cerebro. En un trabajo publicado en la revista 'Cell', los científicos explican que la autonomía de estos tejidos les permite mantener ''un mínimo de funcionalidad'' aunque otro tejido del cuerpo esté fallando. Son resultados, según los autores, que tienen especial relevancia durante el envejecimiento o ante una patología en la cual una interdependencia muy alta de los tejidos comportaría un declive generalizado del organismo Así lo explica Salvador Aznar, jefe del laboratorio de Células Madre y de cáncer del IRB Barcelona.
Hasta ahora no se disponía de un modelo experimental adecuado para comprobar si realmente el reloj de todos nuestros órganos y tejidos está coordinado por el cerebro o, como se ha dicho, son capaces de responder directamente a los cambios ambientales cíclicos de cada día. El estudio se ha hecho con un nuevo modelo de ratón que ha permitido aislar la comunicación de cada tejido con el resto.
Los dos primeros autores del trabajo, Patrick Simon y Velentia Maria, del IRB Barcelona, compararon los ritmos circadianos en la epidermis o el hígado de este modelo de ratón en el cual no hay comunicación entre los diferentes tejidos, con los ratones sanos y otros ratones en los cuales no funcionaba el reloj central. Así confirmaron la autonomía de los dos tejidos para responder a los cambios de luz que se producen a lo largo del día.
El estudio confirma que el reloj central se comunica desde el cerebro con el resto del cuerpo, proporcionando información útil para su correcto funcionamiento, y permite por ejemplo, que el trato gastrointestinal, el hígado y el páncreas sepan cuándo es la hora de comer y se preparen a la vez para la digestión. Aznar sin embargo, asegura que cuando esta comunicación falla, cada órgano es capaz de saber qué hora es para llevar a cabo las funciones adecuadas.
Según el investigador, los resultados tienen implicaciones en la salud, ya que el estilo de vida actual expone a las personas a luz en momentos en que tendríamos que estar a oscuras. Si cada órgano es capaz de responder de forma autónoma a la presencia de luz, eso llevaría a la realización de funciones propias del día durante la noche. Este pequeño desfase diario o jet-lag social puede ser responsable de un envejecimiento prematuro.
Los estudios han contado con la financiación del Consejo Europeo de Investigación, la Generalitat de Catalunya, el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades (antes MIMECO), la Fundación Botín, Banco Santander Universitats, el Programa Marco de Investigación e Innovación de la Unión Europea Horizonte 2020 y la Fundación Bancaria "la Caixa".