Rememorando la barbarie

La Generalitat abrirá desde este mes de mayo y hasta septiembre seis nuevas fosas comunes de la Guerra Civil, dos de ellas en Foradada y en el cementerio de Alguaire, donde un equipo de investigadores ha empezado esta semana los trabajos de excavación y ha localizado cinco cuerpos. “Es nuestra obligación poner nombres y apellidos a las personas que fueron enterradas en condiciones indignas, así como entregar sus restos a los familiares para que puedan cerrar el proceso de duelo”, explicó ayer la consellera de Justicia, Ester Capella, durante la visita a las excavaciones en la localidad del Segrià. El programa de identificación genética del Pla de Fosses de la Generalitat ya ha permitido identificar a cinco víctimas de la Guerra Civil, entre ellas Leandro Preixens, Ramon Jové, Maria Teresa Mir y Josep Moles, hallados junto a otras 137 personas en la fosa común del antiguo cementerio de El Soleràs.

En este sentido, Capella hizo un llamamiento para conseguir más muestras de ADN de familiares directos de desaparecidas, clave para poder identificar el mayor número de víctimas. “Necesitamos más muestras porque el tiempo se nos acaba”, alertó la consellera de Justicia. Al acto también asistió Divina Salvia, la nieta del juez de paz y concejal de ERC en Alguaire Faust Salvia Ribes, que fue fusilado el 12 de abril de 1938 junto a Sebastià Llobera Badia a las puertas del cementerio tras un consejo de guerra. A la espera de conocer si uno de los restos hallados pertenece a Faust, la consellera le entregó a su nieta el documento que acredita la nulidad del juicio sumarísimo. “Mi abuelo luchó hasta el final para defender sus ideales democráticos”, explicó Divina, mientras añadía que “empezamos los trámites para exhumar sus restos hace trece años porque siempre supimos que lo habían enterrado en una fosa común de este cementerio, donde fue fusilado después de estar preso tres días”.