Reconocimiento al esfuerzo

Tres adolescentes del centro de justicia juvenil El Segre han ganado la fase territorial de los IV Jocs Florals Escolars de Catalunya, en la categoría de Educación Especial, con un relato a seis manos en el que explican las dificultades que han experimentado a tan corta edad. Representantes territoriales del departamento de Justicia y Educación se desplazaron ayer hasta el centro para hacerles entrega de los premios, que tienen como objetivo estimular la expresión escrita de los alumnos de Primaria y Secundaria. Oussama, uno de los jóvenes internos que recibieron este reconocimiento, se mostró “muy contento” porque “tenemos la oportunidad de demostrar que si confías en ti puedes cambiar las cosas malas y que con perseverancia todo tiene solución”. Con tan solo once años, huyó de Marruecos de un mundo marcado por las drogas y los traficantes. Su padre “a menudo consumía drogas delante mío cuando yo era un niño”. Después de llegar a Melilla en los bajos de un camión, recorrió Francia, Alemania y Dinamarca antes de regresar a España porque “aquí hay más oportunidades”. Por su parte, Ahmed, de quince años, explica a través de su relato que conoció a unos jóvenes que se dedicaban a robar turistas en Barcelona. “Me dejé llevar por aquella manera tan fácil de ganar dinero y al poco tiempo empecé a actuar como ellos, robando a turistas y en supermercados. “Aquí nos están ayudando mucho”, explicó Ahmed, mientras destacaba que “espero poder estudiar y llegar lejos”. En este sentido, Francesc Blasco, director del centro leridano, aseguró que “el objetivo es conseguir la reinserción social y disminuir el riesgo de incidencia” delictiva de estos jóvenes “a través de una educación multidisciplinar”. El número de internos en los centros educativos de menores del departamento de Justicia ha aumentado más de un 27% en los últimos dos años hasta los 276. En el centro de El Segre hay 45 jóvenes que cumplen medidas por un delito, en su mayoría por robos con violencia. De los más de 5.800 jóvenes atendidos por el sistema de Justicia, solo el 9% acaban en uno de los siete centros que hay en Catalunya, donde reciben un programa personalizado.