INICIATIVAS SOLIDARIDAD
Un verano con la otra familia
Veinte niños saharauis de entre 10 y 13 años procedentes de campos de refugiados del desierto de Argelia están pasando las vacaciones de verano (julio y agosto) en Ponent con sus respectivas familias de acogida. Se trata del proyecto ‘Vacances en Pau’ que la asociación Sàhara Ponent lleva 13 años impulsando y que tiene por objetivo sacar a estos jóvenes de su entorno habitual durante los meses más duros del verano. “La intención es que nos enseñen su cultura y nos expliquen cómo viven el conflicto que se vive allí desde hace tanto tiempo, y que a su vez nosotros les enseñemos nuestras costumbres”, explicó el coordinador del proyecto y vicepresidente de la entidad, Manel Montes, durante la reunión que llevan a cabo todos los miércoles las familias de acogida. Este año, de las 19 que participan en el proyecto, 14 acogen a un niño por primera vez. Asimismo, la única obligación que tienen con respecto a los menores es que los lleven a pasar las revisiones médicas pertinentes, por lo demás “tienen que tratarlos exactamente igual que si fuese su hijo y mientras yo esté avisado, pueden llevarlos por todo el territorio español”, aseguró Montes.
“Está siendo una experiencia genial, mejor incluso de lo que esperábamos”, relató Iris Blanco, una joven que junto con su pareja Josep Maria Alay ha acogido por primera vez a una joven saharaui. Aseguran que al principio pensaban que se trataría de una relación más bien fría, pero que al revés de lo que imaginaban el trato es “muy cercano y cariñoso”. Explican que llevan una vida completamente normal: “Comemos juntos, vamos a la piscina y por las noches vamos a dar un paseo”. El idioma, y la diferencia de costumbres entre unos y otros, son las mayores dificultades por el momento y lo que más sorprende a la pequeña son el quitaesmaltes, el ascensor y los timbres.
De las 19 familias de acogida, 14 acogen por primera vez a un niño refugiado
Ainhoa Dueñas y Daniel Gallardo son otros padres que se estrenan en el programa ‘Vacances en Pau’ de Sàhara Ponent. Según cuentan, un día vieron un cartel informativo sobre la iniciativa y decidieron apuntarse. “Los primeros días el niño tenía bastante vergüenza pero con el tiempo se ha soltado y ahora no para. Estamos muy contentos de que esté con nosotros”. Los primeros días, dicen, quieren estar con el niño para conocerse y pasar tiempo juntos, sin embargo, tienen previsto que a mediados de mes comience unas estades. La comunicación, aseguran, es el mayor problema. “Con signos y poco a poco al final nos entendemos”. La piscina, lo que más le sorprende.
A pesar de que las experiencias suelen ser buenas, siempre pueden surgir algunas complicaciones, sobre todo con el idioma o con la comida. En este sentido, la asociación cuenta con la ayuda de Cafia, una joven saharaui de 23 años que de los 6 a los 12 años pasó todos los veranos en Lleida y que con su experiencia colabora con las distintas familias y niños que puedan tener problemas.