TRADICIONES FESTIVIDAD
Agua ‘milagrosa’ de Sant Magí
Cervera repartió los 600 litros que llegaron el domingo de la Brufaganya || Actos en el parque de Sant Eloi de Tàrrega con la presencia de siete vecinos que llevan el nombre del santo
Cervera y Tàrrega celebraron ayer la tradicional festividad de Sant Magí. En la capital de la Segarra se repartieron entre los vecinos los 600 litros de agua a la que se atribuyen propiedades milagrosas y que llegó el domingo procedente del santuario de la Brufaganya (ver SEGRE de ayer). Caballos y burros cargaron a sus lomos los cántaros, acompañados por la banda de música Alegria en una comitiva presidida por la figura de Sant Magí, encarnado desde hace 27 años por Jordi Casado. El reparto del agua, que se hace calle por calle, empezó a las ocho de la mañana y finalizó a las dos de la tarde. Lo tradicional es tomar un vaso de agua, pero hay quien llena hasta una botella o una garrafa. En Cervera, esta festividad comenzó el día 15 de agosto recorriendo el itinerario de 35 kilómetros que separan la capital de la Segarra del santuario de la Brufaganya. Paralelamente, la asociación dels Amics de Sant Magí organizaron durante la semana pasada exposiciones, conferencias y presentaciones que culminaron con la entrada del agua el domingo y, ayer, con su reparto. Según el capitán de la fiesta, Josep Mas, hay vecinos que piden esta agua durante todo el año y hasta llevan garrafas a las residencias de mayores.
Por su parte, en Tàrrega, los actos tuvieron lugar en el parque de Sant Eloi. Tras una misa en la ermita, que acabó con el canto de los goigs dedicados al santo, los fieles se desplazaron hacia la plaza dedicada de Sant Magí. Allí, y ante la mayólica, los asistentes cumplieron con la tradición de tomar unos sorbos de agua traída desde el santuario. Los asistentes también pudieron adquirir cántaros conmemorativos de diseño exclusivo y unas galletas conocidas como los gaiatons. Entre los participantes había siete vecinos que se llaman Magí. Los vecinos de Tàrrega recuperaron la fiesta, cuyo origen se remonta al siglo XVIII, en el año 1953. Está organizada por la Associació d’Amics de l’Arbre y ayer por la noche también hubo un concierto en la ermita.