Muere la leridana Conxita Grangé, última superviviente de Ravensbrück

La leridana Conxita Grangé, última superviviente del campo de concentración nazi de Ravensbrück, falleció ayer a los 94 años en la residencia en la que vivía en Toulouse, en el sur de Francia. Natural de Espui, en el Pallars Jussà, hace solo un mes que recibió un emotivo homenaje en La Torre de Capdella. Su lucha comenzó desde muy joven y siguió tras su liberación del campo nazi, explicando a los más jóvenes el papel de la resistencia en la guerra contra el fascismo, y también, contra el olvido. Nacida el 6 de agosto de 1925, cuando tenía dos años se fue a vivir son sus tíos a Toulouse, hasta el inicio de la Guerra Civil, cuando regresaron a Catalunya para combatir por la República. Al final de la contienda, la familia volvió a Francia y luchó con la resistencia. Grangé y su prima hicieron de enlace con los maquis.

En mayo de 1944, fue detenida por la Gestapo, junto a su prima y su tía Elvira Ibarz (natural de Mequinensa). Fueron torturadas y deportadas al campo de concentración de Ravensbrück, junto a Neus Català, fallecida el pasado mes de abril. Solo tenía 18 años, pero siguió luchando contra los nazis saboteando el armamento que obligaban a fabricar a las deportadas. Con el fin de la guerra, regresó a Toulouse, donde se casó con Josep Ramos, un antiguo guerrillero. Grangé dedicó toda su vida a explicar su experiencia a los más jóvenes para mantener viva la memoria de las mujeres deportadas. El pasado 26 de julio, La Torre de Capdella colocó una placa de homenaje delante de la casa familiar para preservar su historia.

“Su lucha debe ser un ejemplo para todos nosotros”

Las redes sociales se llenaron ayer de condolencias por la muerte de la luchadora antifascista leridana. El president de la Generalitat, Quim Torra, lamentó ayer la muerte de Conxita Grangé. A través de su cuenta en Twitter, Torra destacó que, pese a ser detenida por la Gestapo, torturada y deportada al campo de concentración alemán, nunca dejó de explicar a los jóvenes la barbarie fascista. En la misma línea, la consellera de Justicia, Ester Capella, afirmó que su lucha contra el fascismo y el olvido es un ejemplo para todos. “Nuestras políticas de memoria deben estar a la altura de su legado”, señaló la conselleria. Por su parte, el presidente del Parlament, Roger Torrent, también mostró sus condolencias por la muerte de Grangé. “La generación de Conxita se va apagando poco a poco. Hombres y mujeres que derrotaron el fascismo para preservar la libertad. A nosotros nos corresponde que la llama de su recuerdo se mantenga bien fuerte. Os lo debemos”, señaló en un tuit.